EUGENIO LÓPEZ CANO
Esta es otra fiesta más que se ha incorporado con éxito al calendario festivo de Alburquerque, hasta el punto de estar considerada la más popular y populosa de todas cuantas se celebran anualmente, con asistencia de miles de personas. Se creó en 1994, siendo Alcalde don Emilio Martín, según idea de Juan Ángel Santos, licenciado en historia, entonces trabajador en el Ayuntamiento.
En ella se da vida a diferentes pasajes medievales llevados a cabo por vecinos de esta localidad, cuidando más la teatralidad que la propia realidad, si exceptuamos algunos cuadros que se ajustan más a la historia que otros.
No es mi intención, ni mucho menos, hacer una crítica del festival puesto que éste no es el lugar apropiado para ello. Por tanto, al igual que el resto, me limitaré a describirlo sin más.
Todo cuanto se observa y resalta en el festival, de ahí su mérito, ha sido realizado, confeccionado y costeado por los vecinos, desde los trajes hasta el menor de los detalles, sin olvidar las interminables horas de ensayo.
En el fin de semana anterior tenía lugar la representación de una obra teatral en el castillo, ambientada en la época. Durante años, con gran éxito, se pusieron en escena “El águila blanca“, del autor extremeño don Miguel Murillo, basado en una supuesta leyenda sobre don Alvaro de Luna, Conde de Alburquerque, y Cuello de Garza, escrita expresamente para esta fiesta por el mismo autor, basándose en la vida, vicisitudes y muerte de doña Inés de Castro, amante de don Pedro, hijo del rey de Portugal Alfonso IV.
Los siguientes actos se desarrollaban en las laderas norte y sur del castillo. La acción del viernes, por la mañana, se lleva a cabo en la Villa Adentro donde hay casas que están abiertas al público para que sean visitadas, ya sea porque poseen en su interior algo de interés (la Mazmorra y otras con habitaciones y pozos excavados en la roca, etc.) o porque se ambienta con detalles de la época (la sinagoga, el museo etnográfico, la escuela judía, las posadas, etc.). Pero donde se vive realmente la fiesta es en la calle ocupada con puestos de venta, artesanos locales, teatro de marionetas, cetrería…, además del teatro de calle cuyos actores simulan escenas medievales con figurantes vestidos de soldados, aguadores, arqueros, mendigos, prostitutas, etc..
La tarde proseguía con diferentes actos tales como teatrillos callejeros, la boda judía, la procesión de las Santas Reliquias, el museo viviente en el castillo y un concierto de música en la iglesia de Santa María, interpretado por grupos profesionales.
El sábado podemos considerarlo como el día grande, o final de fiesta. Por la mañana la Villa Adentro recobra la actividad del día anterior con nuevas incorporaciones: cuentacuentos, clérigos, trovadores, ciegos, leprosos, etc.
La tarde de ese día, al que asisten según los organizadores más de 5.000 personas, se reanudaba con la venta de esclavas en la puerta principal de la iglesia de Santa María del Mercado y un pasacalle donde desfilan todos los actores.
A continuación, por último, las actuaciones se trasladan al paseo Las Laderas, sito al Mediodía, en cuyo espacio ambientado con mesones y puestos de venta, se representan diversos cuadros teatrales: saltimbanquis, danzas de fuego, torneo a pie y a caballo, exhibición de doma, boda, danzas, auto de fe, aquelarre, etc.
Tal es el compromiso de los vecinos en dicha fiesta que en muchas calles de la Villa Adentro y Villa Afuera organizan en la noche de sábado cenas en mitad de la calle, convivencia que se alarga hasta bien avanzada la madrugada.
El Festival Medieval fue reconocido como Fiesta de Interés Turístico Regional por la Junta de Extremadura y recibió uno de los galardones más deseados a nivel internacional: el premio “Mundo Teatro“, en la categoría de Mejor actor/actriz de teatro aficionado de toda la Unión Europea, en este caso a los vecinos participantes de la Villa.
FOTOS: Escenas de distintas ediciones del Festival Medieval. FOTOS AZAGALA. Todos los derechos reservados.
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