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Un mundo

Aureliano Sáinz

“Un mundo”, título de este breve escrito, se corresponde con el mismo nombre que Ángeles Santos le había puesto al lienzo que presentó en el Salón de Otoño de Madrid de 1929. Era un monumental cuadro de 3 x 3 metros, realizado en Valladolid por una chica joven que entonces solo tenía dieciocho años.

Una especie de extraño mundo en la línea de lo que hoy podríamos llamar realismo fantástico y que no tenía referentes en las distintas corrientes pictóricas que por entonces se desplegaban en España o en Europa. Esta obra dio lugar a la admiración de artistas, críticos y poetas de la generación del 27, que se interesaron por conocer a la autora de tan singular trabajo.

Ha transcurrido casi un siglo desde que se presentó este mundo, con forma geométrica de un cubo, que flota en el aire, del que salen estrellas y personajes estilizados femeninos que giran a su alrededor, bajan unas escaleras o tocan algunos instrumentos musicales. Y todo ello iluminado por un sol que asoma en el extremo superior derecho del cuadro.

Un mundo extraño y enigmático, pero en el que no hay ni guerras, ni violencias, ni destrucciones, ni odios por doquier; solo un inmenso espacio poblado por la fantasía y la imaginación.

Comenzamos un nuevo año: el 2024. Ojalá que ese mundo, un nuevo mundo, que imaginaba esta joven, Ángeles Santos, que se pintó a sí misma del modo que acabamos de ver cuando tenía diecisiete años, esté más cerca del que soñamos y deseamos, y totalmente alejado del que acabamos de clausurar.

Así pues, les deseo a todos los lectores y lectoras de Azagala que vivamos un mundo en el que la violencia, los odios y las guerras comiencen a ser malos recuerdos del pasado. Es lo mejor que puedo aspirar para todos en este año que comienza.

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