Charo Ceballos
De nuevo la polémica Ley Trans abre una nueva brecha (y ya van unas cuantas) entre los socios de Gobierno. En su día, Azagala[i] ya público un artículo en el que diseccionábamos esta discutida ley. Ahora, la pregunta que me hago es: ¿por qué esta ley produce tanta fricción entre las feministas españolas históricas y las impulsoras de la Ley Trans? La respuesta es sencilla: Porque ensalza, precisamente, el género, ese constructo que el feminismo lleva años queriendo hacer desaparecer. Lo que subyace en el fondo de la ley y que la impregna de manera evidente es la ideología queer[ii]. La ideología queer dice que el sexo es asignado, por tanto, el sexo es opresivo y tenemos que ser libres para elegir qué sexo queremos tener, y aquí radica, desde mi punto de vista, el problema. El sexo no se asigna, la humana es una especie animal sexuada y binaria. Otra cuestión, son las patologías que pueden hacer dudar del sexo con el que una persona nace, pero estos casos, según la OMS, se cifran en un 1% de la población mundial. El resto, tenemos atributos sexuales que discriminan claramente si somos machos o hembras, y no hablo de hombres y de mujeres, para que se entiendan bien los conceptos. Lo que sí se asigna cuando nacemos es el género. Es decir, el comportamiento que se espera de nosotros si hemos nacido machos o hemos nacido hembras. Justamente esto es lo que ha oprimido a las mujeres desde el principio de los tiempos, porque no hay ni una sola cultura o sociedad donde no se asignen roles de comportamiento a los machos y a las hembras de la especie humana y que, por tanto, condicionen su vida y sus derechos. El feminismo aboga por la abolición del género como constructo cultural y como forma de oprimir y discriminar a la mitad de la población mundial. La ley trans confunde sexo con género y me niego a creer que en los despachos donde se ha fraguado esta ley no sepan distinguir entre ambos conceptos. Si seguimos destripando conceptos que confunden a la gran mayoría de la población, tenemos el de “identidad de género”, que vendría a ser aquello que hace que nos sintamos o nos pensemos, hombres o mujeres. Pero, ¿qué es ser hombre?, o ¿qué es ser mujer? La evidencia es que nuestra biología condiciona nuestro rol social, pero esto no debe ser impedimento para que, a pesar de ser diferentes, tengamos igualdad de derechos y deberes. Una mujer no tiene por qué dedicarse al cuidado de la familia por haber nacido mujer, y de igual modo un hombre no tiene por qué ser el sustentador de la prole por haber nacido hombre. La ley trans perpetúa el género como constructo cultural, haciendo que sigamos adscribiéndonos a un género que subyuga y discrimina a la mujer. Abolir el género es dar la posibilidad a hombres y a mujeres de comportase y pensarse con libertad para decidir qué quieren ser y qué quieren hacer, sin tener en cuenta la opinión de la sociedad y sin ser coartados por esta. Para leer más acerca de la ley trans y la teoría queer os dejo los enlaces a sendos artículos de Azagala.
http://www.es.revistaazagala.org/2021/02/11/la-polemica-trans/
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