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Vadillo podría ser candidato pero depende del PSOE

LA CARTA DEL DOMINGO

Por FRANCISCO JOSÉ NEGRETE

Las cosas que pasan en Alburquerque son inauditas en toda España desde hace años, justo desde que vamos de esperpento en esperpento; desde que los grandes partidos no han querido, o no se han atrevido (como piensa mucha gente) a echar a Vadillo de la política; desde que incluso la justicia parece no querer ejecutar a un alcalde habiendo tenido razones sobrantes para ello… El caso es que aquí le seguimos teniendo, en el filo de la navaja en la que está danzando desde hace años, con el pueblo en vilo porque a falta de una semana para que se cierre el plazo de presentación de candidaturas a las elecciones municipales, no se sabe si podrá presentarse o no. Y decimos que están en vilo tanto los que desean que se presente a toda costa, la mayoría de ellos por intereses personales y no por el bien del pueblo, como quienes no lo quieren pero temen que pudiera volver a ganar las elecciones. Solo Manuel Gutiérrez ha manifestado que prefiere que Ángel Vadillo sea candidato por ORPO para derrotarle en las urnas y enterrarle así para siempre.

Pero lo que casi nadie piensa y nadie sabe, salvo los muy cercanos, es que efectivamente es posible que se presente a las elecciones, pero que no sería por ORPO sino por el PSOE. Ese es el motivo y no otro de la desaparición de nuestro alcalde desde hace cerca de un mes, en el que, con todo lo que le gusta chupar cámara, no asistió al último pleno de sorteo de mesas electorales, ni a la rueda de prensa para presentar el torneo de judo, ni a la entrega del premio Luis Landero. En eso tiene razón Víctor Píriz, en que habría que ponerle un GPS para saber dónde anda últimamente.

Pues bien, AZAGALA está en condiciones de asegurar que Vadillo lleva semanas tratando de convencer al PSOE para que le permita liderar la lista de este partido en Alburquerque. Pero,  hay dos problemas:

Primer problema

Vadillo fue expulsado del PSOE desde su condena en firme a 2,5 años de cárcel por amenazar públicamente a una mujer con hacer públicas numerosas cuestiones de su vida privada a través de los medios de comunicación y “repartiendo casa por casa” un documento en el que desvelaría todas esas cosas personales, además de exigirle que fuera al ayuntamiento a hablar con él, cometiendo también el delito de obstrucción a la justicia.

La persecución fue tan atroz que la víctima, sola e indefensa, tuvo que marcharse de Alburquerque.

Aquel PSOE de entonces le echó, pero vergonzosamente le ha mantenido en el cargo todos estos años, de manera que incluso la portavoz de ORPO, partido que resucitó Vadillo tras su expulsión, era miembro de la ejecutiva provincial socialista. Además, este partido renunció a presentarse en Alburquerque en el año 2015, por primera vez en la historia y único pueblo en el que lo hizo en Extremadura, lo que facilitó la victoria de Vadillo con ORPO.

Pero nos preguntamos si el PSOE actual, incumpliendo sus propios estatutos, estaría dispuesto a readmitir a Vadillo, quien lo anda mendigando a través de los “amigos” que le quedan en el partido, con su mentor Ibarra en cabeza.

En eso están, con la mayoría de alcaldes y de nuevos dirigentes socialistas en contra de llevar en sus listas a un hombre que representa todo lo contrario de lo que pregona este nuevo PSOE. En primer lugar, el feminismo, su postura contraria a todo tipo de violencia contra la mujer, porque la conducta de Vadillo fue extremadamente violenta, aunque verbal, que a veces es más dañina. Su actitud machista al amenazar a una mujer con desvelar cosas privadas, al exigirle que fuera al ayuntamiento a verle y, de no hacerlo, vertería todo su poder contra ella, eso debería bastar para que ningún partido le acogiera en sus listas. Pero no es solo eso: Vadillo está pendiente de otras causas con la justicia, por el trato a la policía municipal, por el desvío de subvenciones, etc. De hecho, la propia Junta de Extremadura, cuyos dirigentes están debatiendo si acogen a este alcalde, son actualmente testigos de cómo se gastó el dinero, no sabemos dónde, que este organismo le entregó confiando que llegara a su destino: la empresa organizadora de Contempopránea. Y ahí seguimos, con este festival también en el aire.

 

Segundo problema

Tenía razón Ángel Vadillo cuando dijo que hay posibilidades ciertas de que pueda presentarse a las elecciones. Se basa en que su condena en firme a 2,5 años de cárcel, que conllevaba la imposibilidad de ser candidato electoral durante ese mismo periodo de tiempo, quedó en suspenso al pedir el indulto. Pero, según algunos abogados, y no solo el de Vadillo, estiman que esa suspensión es solo para la pena de cárcel, pero no para la accesoria de pérdida del derecho del sufragio, y en este caso, como la condena fue en septiembre de 2012, habría cumplido el periodo de 2,5 años sin poder ser candidato en marzo de 2015.

Sin embargo, otros letrados opinan que la solicitud de indulto paraliza todo, porque de lo contrario se estaría cometiendo un fraude de ley al utilizar el condenado la argucia de ampararse en la petición de dicha medida de gracia para librarse de una pena accesoria.

Además, según la ley electoral, son “inelegibles los condenados por sentencia firme a pena de cárcel durante el tiempo que dure la condena”. Y recordemos que, en cuanto se ejecute la sentencia tras la denegación del indulto total, Ángel Vadillo es un condenado a dos años de cárcel y que, además, tiene que cumplir otros seis meses de trabajos en beneficio de la comunidad. Es decir, si el PSOE le aceptara y pudiera ser candidato y ganara las elecciones, Vadillo podría protagonizar otro caso esperpéntico: ser alcalde y al mismo tiempo estar barriendo las calles o cuidando personas en una residencia, sin cobrar por ello.

En todo caso, si optara a presentarse, Víctor Píriz, cabeza de lista popular al Congreso por Badajoz, ya ha dicho que el PP lo impugnaría y daría la batalla jurídica, pero la verdad es que nos fiamos de su palabra, pero no de su partido, porque éste tuvo en sus manos no darle el indulto o dárselo parcialmente como ahora ha hecho el PSOE, y Vadillo no se habría podido presentar a las elecciones de 2015. Y nos habríamos evitado tantos estropicios como ha hecho estos cuatro años, y tanta ruina como ha generado. Pero Rajoy y Soraya metieron el expediente en un cajón. ¿Por qué? Lo suponemos: alguna mano salvadora…

 

¿Qué pasará?

Todo está ahora en el tejado del PSOE, porque este partido va a presentar candidatura en Alburquerque, con Vadillo o sin él. Es cierto que sería un escándalo que los socialistas concurrieran a las elecciones con un condenado a una pena de cárcel y encima por un delito contra una mujer, y este tema sería tan grave que saldría en los medios de comunicación nacionales, máxime ahora en campaña electoral. Pero no podemos descartarlo, porque nuestro alcalde tiene un padrino muy influyente.

Nosotros, en el editorial del número 99 de AZAGALA, abogábamos por devolver a Alburquerque al lugar que merece, y eso pasa por la caída de Vadillo, porque con él no puede haber diálogo, ni transparencia, ni cordura, ni entendimiento, ni unidad entre los alburquerqueños. En aquel artículo abogamos por un PSOE nuevo en el pueblo, con Juan Antonio Robles a la cabeza, una persona inteligente, bien formada, dialogante, de manera que este partido concurriera a las urnas, junto con Ipal y el PP, una vez que están descartados Podemos y Vox. Después, ganara quien ganara, habría que dialogar mucho para sacar del pozo negro en el que Vadillo ha sumido a Alburquerque, con el apoyo de su grupo, donde hay personas aprovechables para la nueva andadura.

Los próximos cuatro años deben ser de consenso, de cicatrizar heridas, de establecer lazos de unión entre los alburquerqueños, de luchar todos juntos porque el pueblo se nos muere… Eso sería imposible con Vadillo.

En manos del PSOE quedamos.

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Portada: Imagen de Vadillo e Ibarra, cuando este último fichó al actual alcalde de Alburquerque para el PSOE. Año 2003.

 

 

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