Pulsa «Intro» para saltar al contenido

EL PATRIMONIO DE ALBURQUERQUE (VII). La Villa Adentro

EUGENIO LÓPEZ CANO

La Villa Adentro, en lo que respecta a su configuración, no ha sufrido prácticamente alteración alguna desde mediados del siglo XIX, exceptuando las mejoras efectuadas en muchas casas y los edificios construidos sobre antiguos solares, o los más nuevos recientemente edificados, a los que hay que añadir las casas adosadas a uno y otro lado de la cerca amurallada construidas en la segunda mitad del siglo XIX, viviendas por cierto derribadas, por motivo de seguridad, a principios del siglo XVIII durante la toma de esta Villa por los portugueses.

  Una calle principal, la Derecha -articulada quizás en una vía natural de paso- atraviesa el caserío desde la Puerta de la Villa hasta la de Valencia, mientras que otras transversales se distribuyen a partir de ella, aprovechando las curvas de nivel, sin olvidar las que se han ido configurando a lo largo de la cerca amurallada, engullida por las casas, tanto intramuros como extramuros, entre las puertas de la Villa y de Valencia, y de ésta hasta la Torre Mocha, lo que no nos priva intuir perfectamente el contorno del viejo recinto medieval.

  Las calles son rectas y bastante holgadas -el ancho aproximado de un carro y una caballería, o de dos bestias de carga, con serones-, lo que les permitía a los vecinos, además de facilitarles un tránsito lo suficientemente holgado para las personas, los carruajes y los animales, una mejor vigilancia y defensa de la villa al permitirles en este caso acudir con prontitud a los flancos atacados.

  Aun cuando dicha configuración urbana, sobre todo las vías transversales, no es precisamente la más indicada para protegerse de los vientos fríos y húmedos del norte, sin embargo tienen la ventaja de que por sus calles discurre con facilidad el agua de la lluvia, limpiándolas de suciedades acumuladas.

   Aunque carecen de aceras, delante de sus puertas suelen hallarse pequeñas lanchas de granito que las sustituyen a su manera.

  En un principio solo existía una plaza, la de Santa María del Mercado, frente a su iglesia homónima. En dicho ámbito estaban ubicadas la Cárcel (para mayores castigos se hallaba la Casa de la Cadena, sita en la calle La Cadena), la Audiencia (con anterioridad el Concejo se reunía delante de la puerta de la iglesia para juzgar los pleitos de los vecinos), la Carnicería, la Horca, el Pósito y el mercado público.

  Los muros de las casas son gruesos, de mampostería ordinaria. La mayoría de las fachadas poseen portadas graníticas en dintel y arcos ojivales, con una o dos ventanas, algunas con diseños conopiales.

  Las más antiguas e importantes son las que se hallan en las proximidades de la Puerta de la Villa, frente a la iglesia de San Mateo, considerada la principal, y las más humildes aquellas que están más cercanas a la Puerta de Valencia, al final de la calle Derecha.

  Entre los monumentos religiosos más importantes citaremos la ermita de Santa Ana (en ruinas), la antigua iglesia y hospital de Ntra Sra de la Misericordia (desaparecida) y la iglesia de Santa María del Mercado (hay autores que la datan en el siglo XIII y otros en el XV, con añadidos barrocos del XVII).  

_______________

PORTADA: Antonio García Candelas.

FOTOS: Antonio García y Archivo Azagala.

Impactos: 42

Sé el primero en comentar

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *