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Lo que piensa(n) la(s) mujer(es)

8 de marzo

Charo Ceballos Silva

Otro año más, el feminismo español acudirá a las manifestaciones del 8 de marzo dividido, y este año con más enconamiento. La llamada ley del “Solo sí, es sí” ha traído consigo una estela de malestar y desasosiego, y no sólo porque la ley rebaja condenas y pone a agresores sexuales y a violadores en la calle, sino porque desde el Ministerio de Igualdad no han tenido a bien, en ningún momento, entonar el “mea culpa” ante esta mala factura. Al contrario, han perseverado con tesón en mantener una ley que desde el principio nació con taras. Mañana no iré a ninguna manifestación, prefiero hacer apostasía de un feminismo que no me convence y que no me representa, que está usando a la mujer para favorecer intereses políticos que nada tienen que ver con nosotras y con nuestras cuitas. He decidido hacer del feminismo un trabajo de campo, únicamente, como llevo haciendo desde hace tiempo.

Manifestación de Sentimientos, Seneca Falls (1948)

Pero mañana es un día para celebrar y para recordar. Recordar a las sufragistas, recordar Seneca Falls y la Declaración de Sentimientos en el que se reivindicaron derechos sociales, civiles y religiosos para la mujer.  Hacer apología, en definitiva, de un feminismo reivindicativo, como siempre fue el feminismo; yendo al origen del problema: derecho a estudiar, derecho a votar, derecho a elegir con quién compartir tu vida o no. Derechos fundamentales que hoy nos parecen muy lejanos, pero que tienen poco menos de cien años. Hoy tenemos que seguir luchando, no por conseguirlos, que también, sino por mantenerlos, porque como dijo Simone de Beauvoir “No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados. Estos derechos nunca se dan por adquiridos, debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida”.

Celebrando el 8 de marzo todos los días.
Llopis Iborra, barrio obrero y reivindicativo.

El feminismo nace por la existencia de una desigualdad manifiesta, dentro de una estructura patriarcal que todavía hoy se mantiene y que nos impide, a la mitad de la población, llegar a puestos relevantes dentro de los sistemas de poder establecidos. Poder que, además, nos sigue vejando y maltratando, nos cosifica y nos asigna el rol del agrado, el rol del reposo del guerrero, a veces pagando, otras no; pero siempre asumiéndonos menores, débiles y estúpidas.  

Por otro lado, desde mi punto de vista, el tan manido “empoderamiento” no significa asumir roles masculinos, o que nuestro despecho deba conocerlo el mundo para facturar. Cada una de nosotras tiene un valor que nos hace únicas y diferentes, pero iguales en deberes y derechos con respecto a los hombres, eso es el feminismo, lo demás es otra cosa que nada tiene que ver con las mujeres.  Mañana es un día importante que nos recuerda lo que han sido las mujeres en la historia y el escaso o nulo reconocimiento que tuvieron en ella, a pesar de ser una parte fundamental en el devenir de los tiempos. Mañana hay que celebrar lo conseguido y, todos los días, seguir luchando por mantenerlo y dejarlo en herencia a nuestras hijas y nietas.

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