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Llegarán más multas a pagar por quien se haga con el bastón de alcalde

La justicia cuando es injusta no es justicia, sino que nos hace desconfiar e incluso renegar de ella. En el caso de la injusticia que se ha cometido con Gutiérrez, la juez ha hecho un pan como unas tortas, porque si lo que pretendía era presionar al alcalde actual para que de una vez por todas solucionara un problema que se arrastra desde 2005, lo que ha conseguido es retrasar aún más esa solución. Manuel Gutiérrez y su gobierno ya habían preparado los trámites para ejecutar la obra tan demandada por la persona perjudicada, pero ahora, sin alcalde y sin vistas a que lo haya en meses, lo único que han conseguido la justicia y el abogado de la acusación es que se paralicen esos trámites.

  Y, como bien escribía Alberto Resmella, un joven comprometido que formaba parte de la candidatura de Ipal, en este caso “el delito campa a sus anchas y la inocencia es condenada”. Porque o es casualidad, o es suerte, o es una protección interesada, dado que llevamos años conociendo ilegalidades e irregularidades el anterior alcalde, un culpable, Ángel Vadillo, y aún no hemos vista ninguna condena que le obligue a pagar de su bolsillo por las tropelías que ha cometido, y sin embargo, un inocente, Gutiérrez, que acaba de llegar a la alcaldía y ya le ha caído una multa a pagar con su propio dinero. ¿Qué pasa aquí?

  El caso es que, desde que tomó el bastón de mando y se constituyó el nuevo gobierno, no han parado de llegar sentencias en las que el ayuntamiento ha sido condenado a devolver dinero de subvenciones por ilegalidades del vadillismo y ahora ya ha llegado la primera contra el propio Gutiérrez. Y, como él mismo dijo en el pleno de anoche, aunque hubieran podido solucionar este caso en el que se le piden mil euros cada 20 días por un problema que se arrastra desde hace más de 15 años y que Vadillo no resolvió, están ya llegando otras demandas por impagos de aquel alcalde y que van a suponer más condenas a quien se haga cargo del bastón de mando, así, sin comerlo ni beberlo, mientras el otro camina por el pueblo, carpeta bajo el brazo, buscando candidatos para volver al sillón.

  ¿Y que si hay gente dispuesta a votarlo? Por supuesto, incluyendo a trabajadores que antes no cobraban y ahora sí y antes no exigían derechos laborales y ahora no paran de hacerlo. Además, como ya publicamos esta misma semana, hay gente dentro del ayuntamiento que obedecen los dictados de Vadillo y, como también hemos insistido varias veces, Gutiérrez se equivocó al confiar en ciertas personas por aquello de ser indulgente y “no entrar como un elefante en una cacharrería”.

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