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Gutiérrez comparte el bastón de la alcaldía con Prieto en un gesto cargado de simbolismo

Manuel Gutiérrez Regalado ya es alcalde de Alburquerque tras conseguir los siete votos que suman los cuatro de Ipal, grupo al que él pertenece, y los tres del PSOE. Estas siete personas quedarán en la historia municipal como aquellos que derribaron al todopoderoso régimen vadillista que llevaba 27 años en el poder, desde junio de 1995, cuando un joven Ángel Vadillo llegaba a la alcaldía e ilusionaba a una gran parte del pueblo, que se hizo absolutamente mayoritaria en los cuatro años siguientes, pero que acabó por convertirse en todo aquello a lo que aquel “Carabina” dijo odiar cuando tomó las riendas del ayuntamiento.

  Contrariamente a lo esperado, asistieron al pleno la alcaldesa y tres de los concejales del gobierno; ella mostró su soberbia al no soportar ver cómo le arrebataban democráticamente el poder que han ostentado con despotismo, y siempre sometida a las órdenes de Vadillo.

 La Mesa de Edad que presidió la sesión estuvo compuesta por el edil de mayor edad, Juan Cordero y el de menor, Juan Carlos Prieto, mientras que los votos se hicieron a mano alzada.

  Murillo, que fue abucheada reiteradamente a lo largo de la sesión, dijo que el acto era ilegal y que habían denunciado en los juzgados la moción de censura, y en plan víctima, dijo que esta se había presentado después de “amenazas, coacciones y agresiones”, sin demostrar ninguna de sus acusaciones. Defendió una y otra vez a su mentor, Ángel Vadillo, que según ella, está sacando el ayuntamiento adelante, como si nada tuviera que ver en la absoluta ruina municipal.

  Ninguno de los intervinientes del nuevo gobierno entró al trapo de Murillo y dejaron que esta aliviara su rabia y la de su antecesor, así, Alicia García, portavoz de Ipal, habló del grupo que, como si fuera solo uno, van a formar con el PSOE local, y agradeció el apoyo externo de Paniagua, próximo candidato popular. Juan Carlos Prieto abogó por un pueblo nuevo, próspero, con una gestión racional de sus recursos y transparente. Finalmente, Gutiérrez pidió apoyo a todos los colectivos locales para sacar a Alburquerque del pozo hondo y negro donde lo han dejado.

  En un gesto antidemocrático y vergonzante, Murillo y sus ediles abandonaron la sesión para evitar que Juan Cordero entregara el bastón de mando a Gutiérrez y para no escuchar su discurso institucional. Cuando se marcharon fueron abucheados por los presentes, muchos de los cuales se pusieron de espaldas cada vez que hablaba la ya exalcaldesa, quien quedará en los anales de la historia municipal como una marioneta de Vadillo y una vergüenza para las mujeres que luchan por la igualdad y por conquistar derechos.

  En la foto final del nuevo gobierno, Gutiérrez quiso compartir la vara de mando con Juan Carlos Prieto. Ambos han sido muy generosos y han demostrado que les importa realmente el futuro de Alburquerque y no las poltronas.

  De parte del Colectivo Cultural Tres Castillos, mostramos nuestro agradecimiento a los siete valientes que han roto las cadenas del vadillismo y estamos a disposición de lo que necesiten para contribuir a devolver el buen nombre a Alburquerque.  

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