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Ursula y los patanes

CHARO CEBALLOS

24/02/2022

Ha vuelto a suceder, Ursula Von der Leyen ha sido víctima de un nuevo desplante, en esta ocasión, por parte del ministro de Exteriores ugandés. El primero (que sepamos) fue durante la visita al presidente turco Erdogan. En ambos casos ante la presencia de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo y, al parecer, un tipo incapaz de afear la conducta execrable de ambos políticos con la presidenta de la Comisión Europea. Fue el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, el que conminó al ugandés a portarse, como mínimo, con educación, y saludar, como haría con cualquier hombre, a la presidenta Ursula Von der Leyen. Estamos casi todos de acuerdo en que, si Ursula hubiera sido un señor, no hubiera tenido que pasar ese mal trago una vez más. Uno de los objetivos de la Unión Europea, entre otros, es fomentar la igualdad entre mujeres y hombres. Para el ugandés no parece que ese principio básico de convivencia esté entre sus prioridades, de hecho, en sus redes sociales publicó una fotografía del encuentro en la que solo aparecen Michel y Macron. Según el portal de Manos Unidas los derechos de la mujer en Uganda se ven comprometidos y en numerosas ocasiones ignorados; la ley no reconoce la violación conyugal como delito y la presencia policial es casi inexistente en algunas zonas. Con estos mimbres no es difícil entender por qué el ugandés se portó como un patán. Es curioso el comportamiento que tienen algunos hombres con relevancia social y política con respecto a las mujeres que se mueven dentro de su mismo círculo y que tienen cargos similares. Desde mi punto de vista responde a un serio complejo de inferioridad, el mal de los mediocres que no pueden soportar que alguien les haga sombra, y si es una mujer, menos todavía. Me calzo los zapatos de Ursula Von der Leyen y desconozco cual hubiera sido mi comportamiento, igual hubiera hecho lo que ella, aguantar como una jabata y mantener el temple. No lo sé, pero lo que sí sé es lo que le hubiera dicho al tal Charles Michel, parafraseando a gran Manuel Alexandre en “Amanece que no es poco”: “¡Tienes un cuajo!”. Porque las mujeres no necesitamos que nos defiendan, pero sí que nos respeten, y estas conductas son irrespetuosas, tanto para los que las ejecutan como para los que las permiten. Ursula Von der Leyen es la presidenta de la Comisión Europea, nada más y nada menos. Se merece todos los respetos del mundo.

 

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