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Neil Young, el antivacunas y Alburquerque

“¿Jamón de campo en Estados Unidos?” Me imagino que quería decir ‘jamón de bellota’. “Pues, ¿alguien puede decirme si en Albuquerque hay dehesas como las extremeñas en las que los cerdos libremente se mueven con el fin de producir el exquisito jamón de nuestra tierra?”

AURELIANO SÁINZ

Antes de nada quisiera aclarar el título de este escrito, porque imagino que a más de uno de los que ahora me empezáis a leer no os suena el nombre de este tipo y que además suponéis, con todo acierto, que no se le ha visto nunca el pelo por el pueblo. A otros, que estáis al tanto de las noticias que vuelan por los medios de comunicación y las redes sociales, quizás os hayáis enterado de que el viejo Neil Young ha desafiado, nada más y nada menos, que a uno de los gigantes digitales de la música como es Spotify y le haya pedido que retire todo su catálogo de este medio.

Un tercer grupo, un tanto minoritario, al que posiblemente le guste la música del canadiense, tengáis más información y que incluso os gusten sus canciones. Pero seguro que estéis con la mosca detrás de la oreja y no encontréis relación entre su nombre y el de Alburquerque.

Pues bien, antes de entrar en materia y aclare lo más que  justificado del título, me vais a permitir que primero realice una breve incursión en uno de mis cantantes favoritos y os recomiende cuatro discos suyos, lo que, a fin de cuentas, resulta ser como una especie de aperitivo ya que su discografía es enorme, pues graba y graba sin parar a pesar de sus 76 años, por lo que podría estar ya retirado en uno de esos ranchos que vemos en las películas de vaqueros cuidando de los caballos, o de lo que sea.

De entrada, tengo que confesar que la música, en todas sus formas, es una de mis grandes aficiones. Pero, claro está, algunas que me gustan más que otras. Resulta que de la que vamos a hablar en nuestro país no tiene mucho tirón. Se trata de la música ‘country’, que a más de uno le suena a películas de cowboys o del viejo Oeste que tanto gustaban décadas atrás, cuando seguíamos las protagonizadas por Gary Cooper, John Wayne, James Stewart, Henry Fonda y un largo etcétera.

En mi caso, no sé si eran las canciones que acompañaban a las bandas sonoras de esas cintas o fue escuchando las magníficas voces de Emmylou Harris o de Johnny Cash las que me aproximaron a estas melodías que de algún modo me recordaban a las amplias praderas americanas.

Lo cierto es que, sin ser necesariamente un cantante de country, muy pronto me empezó a gustar Neil Young, especialmente, a partir de su disco Harvest (“Cosecha”), donde se encuentra mi canción favorita de siempre: “Corazón de Oro” (Heart of Gold).

Hemos de tener en cuenta que este álbum salió hace nada menos que cincuenta años, es decir, en 1972, por lo que os podéis imaginar la cantidad de veces que lo he escuchado, especialmente esa canción que, curiosamente, fue la única que alcanzó el número uno de las listas de temas más relevantes de Estados Unidos.

Nunca se me puede olvidar que haciendo las prácticas de milicias en Hoyo de Manzanares (Madrid), y que por entonces realizábamos los estudiantes universitarios para que no se cortaran nuestros estudios, escuchaba este tema por los altavoces cuando teníamos descanso para ir a la cantina. No sé quien ponía la música, pero en mi interior le agradecía infinitamente poder oír en aquellos momentos a mi canción favorita en un ambiente tan distinto al que habitualmente yo me desenvolvía.

Como os digo, el cantante había nacido, en 1945, en la ciudad canadiense de Toronto. Sus gustos eran mus variopintos, ya que además de la música country, también era aficionado al folk, el rock, el blues, incluso tuvo ciertas incursiones en el jazz. De todos modos, uno de sus discos más ‘camperos’ es el que lleva el nombre de “Viejos caminos” (Old Ways).

Pero, bueno, en esta ocasión no os vengo a hablar de su música, sino de que este “viejo cascarrabias” a lo largo de su dilatada vida no ha sido una persona muy dócil que se ajustara a los intereses económicos de los grandes sellos en los que solía grabar. De ahí que ya en 1970 escribiera la canción “Ohio” en la que protestaba por la masacre que llevó a cabo la Guardia Nacional estadounidense en la Universidad Estatal de Kent en la que murieron cuatro estudiantes. Neil Young nunca ha sido un cantante acomodaticio, de esos que se callan ante el racismo, la violencia policial de ese país, las mentiras que Donald Trump diariamente soltaba por las redes sociales o ante los actuales antivacunas.

Así, tal como os indiqué al principio, viendo el auge de la pandemia y los millones de los que rechazan vacunarse en Estados Unidos, pidió a Spotify que cerrara el podcast del popular antivacunas Joe Rogan (el mismo que recomienda a niños y jóvenes que nos se vacunen), ya que, en caso contrario, retiraría todas sus canciones de esta plataforma.

Como a Spotify le interesa más el dinero y el número de seguidores de este antivacunas, ha tenido que quitar de su catálogo todos los temas del canadiense, pues finalmente comprobó que este no iba de farol.

“¿Y qué pasa con Alburquerque?”, os estaréis preguntando. Bien, voy al grano. La respuesta se encuentra en su disco ‘negro’ titulado “Esta noche es la noche” (Tonight’s the Night) que lanzó allá por 1976. Dentro del mismo se encuentra una magnífica canción que se titula ‘Albuquerque’.

“¡Ah!”, diréis, “Pero este tipejo habla de la ciudad de Nuevo México; no de nuestro pueblo”. Vaya, tenéis razón. Pero uno puede a su vez preguntarse si el nombre de la ciudad estadounidense acaso no tiene su origen en el de nuestro pueblo. Supongo que, ahora, algún puntilloso indicará que en portugués ya existía en la Edad Media como apellido sin la ‘ere’, tomando como ejemplo el nombre del navegante portugués Afonso de Albuquerque.

El debate, me temo, puede alargarse en demasía, por lo que, si alguien se empeña, tendré que preguntar a mi amigo Edward Cooper para que me oriente sobre esta cuestión.

Sin embargo, hay algo curioso en la letra de la canción y que no quiero dejar pasar por alto. Traduzco una parte de ella. Habla en primera persona de alguien que se acerca en coche desde Santa Fe a Albuquerque y va diciendo: “He estado volando por el camino / Y me he encontrado hambriento de estar solo / Independientemente de la escena que he conocido / Oh, Albuquerque /  Me detendré cuando pueda / Encuentra unos huevos fritos y jamón de campo / Localizaré un lugar donde no les importe quién soy…”

“¿Jamón de campo en Estados Unidos?” Me imagino que quería decir ‘jamón de bellota’. “Pues, ¿alguien puede decirme si en Albuquerque hay dehesas como las extremeñas en las que los cerdos libremente se mueven con el fin de producir el exquisito jamón de nuestra tierra?” Espero, impaciente, la respuesta, por si alguno de vosotros la tenéis.

Bueno, voy cerrando. Solo quisiera deciros que Neil Young a lo largo de más de cinco décadas ha ido publicando discos magníficos. El último se titula Barn (“Granero”), que es una pequeña maravilla, pues se reúne con su antigua banda Crazy Horse (“Caballo Loco”), que despliega toda la fuerza de un grupo que acumula la experiencia que dan tantos años. ¡No os lo perdáis!, aunque el viejo Neil Young ya no tenga la voz de tiempo atrás.

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