Según ha podido saber esta revista, la Delegación del Gobierno en Extremadura ha anulado el acuerdo de pleno por el que Vadillo fue nombrado Director General del grupo de gobierno de Alburquerque, por lo que no podrá ostentar ese cargo, aunque sí los otros tres: asesor, portavoz y coordinador. Además, la alcaldesa tendrá que llevar a pleno este punto e informar a la oposición del rechazo de la Delegación a ese nombramiento.
La idea de ser nombrado Director General fue del propio Ángel Vadillo como uno más de sus delirios de grandeza derivados de su narcisismo desmesurado y ahora intentará que le nombren de otra forma rimbombante, algo que da igual porque es él y solo él quien decide y gobierna, y los demás ediles, incluida Murillo, solo le sirven para levantar la mano.
Además, la alcaldesa pretendía que la firma de Vadillo como director general tuviera validez jurídica y así se quitaba ella de encima la temeridad de firmas ciertas cosas que pueden acarrearle problemas graves con la ley.
Como ya informamos en su día, la firma de Vadillo como Director General se hizo con toda suntuosidad y parafernalia, con la presencia vergonzante del secretario Luis Carlos Villanueva dando fe ante un ejemplar de la Constitución, como si este ayuntamiento se rigiera por la ley y no se la saltara a la torera continuamente.
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