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30 piezas de plata

MARIANO ARMIJO

 

Treinta piezas de plata, tan solo treinta piezas de plata, sirvieron para condenar a Jesús, aunque en realidad el que se condenó fue Judas Iscariote, el traidor de los traidores, cuya traición se plasmó con un beso en la mejilla.

Un beso y treinta piezas de plata, muchos besos durante la campaña electoral a diestro y siniestro para cosechar los votos sembrados durante años de “vadillismo”, y ahora que tener un plato sobre la mesa peligra después de un cese fulminante y justificado, los 1.700 euros netos mensuales y dos pagas extraordinarias vienen a garantizar una supervivencia económica que de no producirse como se ha producido, podríamos calificar de “hurto famélico”.

Hay besos vergonzantes, que reflejan la traición a un Pueblo, pero forzar un sueldo para garantizarse el sustento, cuando no se les paga a los trabajadores municipales, cuando los servicios más esenciales se han tenido que cerrar por falta de dinero, y cuando el paro, la necesidad, la enfermedad y la muerte cabalgan por las calles de Alburquerque, eso es una conducta incalificable, porque cualquier calificativo se quedaría corto para describir esa ignominia.

Esos 1.700 euros son las 30 piezas que condenan la imagen de un Pueblo, son las 30 piezas de plata que insultan a unos vecinos, son las 30 piezas que muestran y demuestran hasta donde están dispuestos a llegar algunos para mantenerse en el poder y sostener su sustento económico.

Cuando creíamos que ya no podía hacerse nada peor, Alcaldesa y Asesor, que tanto monta, monta tanto, ella (al menos y que se sepa) se supera con un sueldo público a costa de unas arcas municipales mermadas y endeudadas, a costa de sangrar la dignidad de un pueblo y de sus gentes que a duras penas pueden, en muchos casos, poder hacer frente a las necesidades vitales más básicas, sin importar que los trabajadores se manifiesten, o que incluso a la desesperada alguno inicie por su cuenta y riesgo una huelga de hambre exigiendo algo tan básico como es poder cobrar su sueldo.

El Pleno, convertido en Sanedrín, es culpable de este despropósito, y tan culpable es quien propone como quien dispone con su voto a favor. La vergüenza los perseguirá igualmente para los restos.

1.700 euros suponen la condena a muerte de la imagen de Alburquerque, que ya venía cargando con la cruz de la vergüenza de muchos, o mejor dicho demasiados, escándalos y corruptelas.

No sé durante cuánto tiempo podrá cobrar ese vergonzoso sueldo, pero ese dinero debería pesarle en el bolsillo y en la conciencia, que visto lo visto no tiene, no tienen, porque vergüenza y conciencia van de la mano siempre, como le pesaron las 30 piezas de plata a Judas Iscariote.

En un último gesto de pundonor, Judas cogió una soga y se colgó de un olivo; en Alburquerque sobran los olivos para tragar tan mal manjar, como le dijo el ciego a Lázaro, por eso la dimisión es el único acto de dignidad que puede tener quién ha demostrado no tener dignidad y decencia, quien a partir de ahora debería ser señalada y repudiada allá donde fuera, como le hicieron a Judas Iscariote.

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Portada: Publicación hoy en el Boletín Oficial del nuevo sueldo de Murillo, mientras se mantienen los de los ediles liberados.

Foto 1: Murillo y Vadillo, felices tras ganar las últimas elecciones municipales a base de grandes promesas.

 

 

 

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