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La sorpresa y la emoción de María, hija de Reyes Corchado

En 2017, 34 años después del asesinato, Francisco Espadas llegó a Badajoz para ponerse al mando de la Guardia Civil de Extremadura. El entonces teniente era entonces general de brigada, pero en su memoria seguía vivo el recuerdo de su compañero. Por eso en su discurso de presentación habló del guardia Corchado mientras evocaba la generosidad de quienes «han muerto o han sufrido lesiones como consecuencia del terrorismo».

«A ellos y a su familia, nuestra gratitud y recuerdo», dijo el general antes de pronunciar el nombre de Reyes Corchado Muñoz, «un excelente y alegre guardia civil fallecido por atentado terrorista».

Esas palabras de homenaje fueron escuchadas con sorpresa por María Corchado Chamizo, una guardia civil de 35 años que está destinada en las oficinas de la Plana Mayor de la Comandancia de Badajoz. «No lo esperaba, cuando lo he escuchado se me ha removido todo, porque yo sólo tengo el recuerdo de mi padre por sus fotografías y por todo lo que me ha contado mi madre. Yo sé lo que ha sufrido ella desde que falta mi padre», comentó María.

Cuando la guardia Corchado hacía esta confesión, ya había estrechado la mano de su nuevo general y también la del entonces ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que colgó en su perfil una imagen de ese momento junto a un texto en el que decía: «Ella tenía un año y medio cuando su padre, Reyes Corchado, también guardia civil, fue asesinado por ETA en Oñate en 1983”.

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Portada: Imagen aparecida en la prensa de María Corchado, hija de Reyes, con el entonces ministro del Interior.

 

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