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REFLEXIÓN DOMINICAL: ¡¡¡SOS, castillo!!!

A ADEPA, por su encomiable ahínco en defender nuestro desdeñado Patrimonio.

ANTONIO L. RUBIO BERNAL

Pareciese que fue ayer cuando por primera vez utilicé el término “adefesio” –cosa fea, ridícula o extravagante-, aplicándolo a aquella torre-pasadizo de acceso al castillo –gusto de llamarle “Fortín del Luna”, en alusión a D. Álvaro, Maestre de la Orden de Santiago (S. XV). No dudo que haya algún otro que lo refiera como “La Cueva de Beltrán”, pero sería el primero de los referidos quien lo dotase de Torre del Homenaje; por cierto, bien ostentosa-, a lo que iba, la torre-túnel que nos quisieron endilgar cuando lo de la ya olvidada hospedería –por desgracia, una de nuestras señas de identidad: la falta de constancia en la lucha por cubrir objetivos-.

Y sería de aquellas aguas –las muy cabritas, que hasta por delante se llevaron al “Guadarranque”, puente de mis apegos-, estos lodos, reflejo del estado de dejadez y desidia que ofrece todo lo vinculado con nuestro rico Patrimonio; y la magnífica fortaleza cristiana medieval no iba a ser la excepción, escapando de tal incuria; no, por favor, también goza de semejante status, con murallas cayéndose a trozos (portillos o boquetes, para los doctos); y no sólo eso, de por sí impresentable, sino la falta de proyecto alguno de conservación, y aún menos de restauración, por parte de nuestros gobernantes locales. ¡Vamos, en terminología materna, como si le saliera sarpullido con sólo nombrarlo! Lo que es “cumplir con las obligaciones asignadas por la ley”, como que no, teniendo en cuenta el nulo interés mostrado en todo el tiempo transcurrido que se remonta a cuando ADEPA le ganó el pulso en la Junta de Extremadura con la dichosita hostería de las narices, como si el pueblo no hubiese contado con el Convento de San Francisco donde ubicarla. ¡No, qué va, cómo osáis!, tenía que ser: ¡donde decimos o nada! ¿Qué os tenéis creído?

Los dotados de sesera y duchos en redes convendrán en que el miércoles pasado manifesté mi apoyo a ADEPA, no por otra razón sino por valorar su quehacer en pro del Patrimonio local, motivo por el que el amigo Aure solicitaba el apoyo de esta humilde “ventana” que “La Proterva” –para los despistados o advenedizos, revista Azagala digital-, me ofrece. Y cómo no, siendo mi espacio (Reflexión Dominical, así llamado) un lugar abierto, alegre, de denuncia, comprometido y reivindicativo, heme aquí, miembros de la tan preciada asociación, a puerta gayola para ofreceros mi impulso y soporte en vuestra singular campaña de sensibilización social para los amantes del Patrimonio, entre los que me encuentro, ahora en pro de nuestra “mole pétrea”.

Perdones por la indiscreción. ¿Se han preguntado alguna vez cuántos alburquerqueños estamos en disposición de defenderla? ¿Qué porcentaje de nosotros está interesado en ella? ¿Qué hemos adelantado con la obra de Los Baluartes?

A todas las denuncias de ADEPA, a los trabajos de mi buen amigo Eugenio López Cano y a los de aquellas personas que hayan podido alzar sus voces de alarma, nuestra alcaldesa ni tulle ni mulle; vamos, como apática, indiferente. La callada por respuesta – ¡sí, IPAL, no ibais a ser vosotros los únicos!-, el tan afamado en el pueblo “anda y que os den”, niquelado. Y para no ser menos, en señal de devoción irrestricta a su mentor, a pies juntillas ha seguido su desamor por los pedruscos: antes que tender su brazo, mejor todo a la mierda: Castillo, Laderas. Cine… Y créanme, se van logrando, los frutos de tan atroz política: cada día contamos con más deterioro, acrecentado ahora por el vandalismo incivilizado y montaraz, sentando bases para el gran resultado: no tardando mucho su estado podrá asemejarse al actual que ofrecen Azagala y Mayorga. ¡Qué gran logro!

Sin ánimo de ofender –no es mi estilo-, reconozcamos que, deshonrosamente, en este asunto “nuestra” cobardía –sí, la mía también-, ha aflorado y reluce bajo el sol, emitiendo destellos que atenazan incluso al equipo de gobierno, que en lugar de posicionarse a favor de lo que es de todos, se mantiene cual conciliábulo sin ni siquiera vindicar ¡esta boca es mía! Dos opciones tenemos por delante: o continuar con el Patrimonio en franca decadencia -¿expoliado con desvergüenza algún día?-, o comprometerse con quienes ya han dado un valeroso paso adelante, reivindicando lo que de justicia es y por derecho nos pertenece: un Patrimonio digno que poder disfrutar hoy y dejar mañana a futuras generaciones. ¡It is up to us!, que dirían los británicos, ¡En nuestras manos está!

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Portada: Boquete en el mismo centro de las torres principales del castillo.

Foto 2. Acto de Adepa presentando el proyecto de la torre de hormigón de 35 metros de altura.

Foto 3: Así destrozaron los accesos al túnel de la puerta del castillo, ahora todo de hormigón.

Foto 4: Otro boquete en un muro de la fortaleza.

 

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