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EL PATRIMONIO DE ALBURQUERQUE (VI): Castillo, recinto amurallado y caserío

EUGENIO LÓPEZ CANO

El castillo de Alburquerque, juntamente con los de Azagala, La Codosera y Mayorga, compone una perfecta tela de araña frente a la frontera portuguesa. Son, pues, un claro exponente de las arquitecturas militares de las edades Media y Moderna. En ellos se observan desde cisternas para abastecimiento de agua en caso de asedio, hasta las aspilleras o saeteras y matacanes de los tiempos primitivos que se acomodarán más tarde a las exigencias de las nuevas armas, tales como arcabuces y troneras.

  El castillo consta de cuatro recintos o defensas escalonados en su ladera norte. Para acceder a la fortaleza hay que atravesar en primer lugar el llamado Recinto de los Portugueses, línea amurallada construida por éstos durante la ocupación de esta Villa (1705-1716).

  La subida al castillo se inicia a través de la Puerta de la Villa, subiendo por la calle Callejón del Soldado hasta la Torre Mocha, y de allí hasta la iglesia de Santa María del Mercado, de estilo románico de transición, para tomar la poterna o pasadizo que existe en uno de los baluartes del recinto anteriormente citado, y que conduce a la puerta de entrada al castillo. Una vez traspasada ésta, se accede al Patio de Armas por medio de una rampa protegida por cuatro puertas defensivas, en cuyo espacio se hallan la iglesia de Nuestro Señor del Castillo, Santa María del Castillo o Santa María de las Reliquias, que con tales nombres se la conoce, así como otras torres y dependencias domésticas y militares.

  La parte alta se completa con una serie de dependencias, entre las que destaca el Palacio del Duque, conocido también como Casa del Gobernador, y las dos torres defensivas más importantes de la fortaleza: la del Homenaje, mandada a construir por Álvaro de Luna (1445-1453), y la de las Tres Esquinas o de los Cinco Picos, levantada por Beltrán de la Cueva (a partir de 1472), primer Duque de Alburquerque, a la que se accede por la Torre del Homenaje a través de un corredor de tránsito con arco apuntado.

  El castillo ha sufrido a lo largo de su historia importantísimas transformaciones, unas veces por reparaciones, y otras por ampliación o reforzamiento de sus líneas defensivas, sobre todo durante las guerras con Portugal, siendo las más significativas las de tipo Vauban realizadas a mediados del siglo XVII delante de las tres puertas principales de acceso a la Villa Adentro, y el ya citado Recinto de los Portugueses construido por éstos durante el tiempo que permanecieron en esta Villa.

EL RECINTO AMURALLADO

Es posible que la cerca no tenga nada que ver, lo mismo en forma que en extensión, con la que debieron encontrarse los cristianos cuando tomaron Alburquerque, entonces más reducida, entre otros motivos, por una cuestión de mejor defensa, ante una corta población. Después con el aumento de la misma, Alonso Sánchez se vería en la necesidad de ampliarla y fortalecerla, tal y como acreditan las lápidas que se hallan en las puertas de la Villa y de Alcántara, al parecer construidas o reparadas en la era de 1314 (según ciertos estudiosos debe referirse al año 1276), ya que cuando habla de la “obra” se desconoce si se refiere a la construcción del recinto amurallado, a la apertura de las puertas o incluso a obras realizadas en las mismas.

  Tiene forma de media luna, con torres de planta cuadrangular en lienzos y ángulos, al que se accede a través de tres puertas, la de la Villa, o principal, situada al E. (en el paramento interior se halla una capilla abierta, sin culto), la de Valencia, al W., con dos torres cilíndricas (en ella estaba la iglesia de Ntra Sra de la Misericordia) y la de Alcántara, al N. (encubierta en parte por las edificaciones adosadas a la muralla), la única con puerta en recodo que nos recuerda el pasado árabe de la Villa, además de otra llamada Nueva que se abriría en el siglo XVI para comunicar la Villa Adentro con la Villa Afuera, coincidiendo con la expansión del barrio de San Mateo, así como cuatro portillos abiertos al Mediodía.

  Frente a la Puerta de Alcántara se halla el Pozo de Alcántara -presumiblemente de época musulmana- que surtía de agua potable a los vecinos de la Villa Adentro, y, entre esta puerta y la de Valencia, los antiguos Cuarteles de Caballería.

  A todas estas defensas hay que añadirle el foso que se extendía desde las proximidades de la Puerta de Valencia hasta la Torre del Reloj o de la Villa, junto a la iglesia de Santa Mateo.

EL CASERÍO

El caserío queda delimitado en dos partes, conocidas por Villa Adentro, circunvalada por la cerca, y Villa Afuera, extramuros, surgida al hilo de las distintas puertas del recinto amurallado.

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PORTADA. Archivo AZAGALA.

Fotos 2, 3: Archivo

Foto 4: Ángel Granadero.

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