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HOY SE CUMPLEN DOS AÑOS DESDE QUE UN POLICÍA PRENDIERA LA MECHA QUE HIZO ESTALLAR EL POLVORÍN VADILLISTA

Redacción Azagala

Hoy, día 4 de enero, hace justo dos años desde que una persona prendió la mecha que llevó al fin del régimen vadillista y trajo el cambio a Alburquerque. A las 8 de la mañana, cobijado como podía del frío intenso, el policía local Juan Pedro Pulido inició una huelga de hambre por el impago de las nóminas. Aquella gélida mañana se vio arropado solo por compañeros de trabajo, policías la mayoría que se tuvieron que marchar de Alburquerque porque ellos o sus familias no podían resistir las condiciones laborales, pero también por los concejales de Ipal que llegaron a primera hora, otras personas que se solidarizaron con su causa y algunos funcionarios y personal laboral.

  La mecha prendió y se fue propagando como la pólvora, de manera que le estalló encima a Marisa Murillo, que fue fulminada de manera inmediata por el presidente de la Diputación, dado que no podía tolerar que una diputada de Bienestar Social, como era ella, hubiera generado un malestar tan enormemente grave en Alburquerque.

  En aquellas jornadas fue determinante un sindicalista de verdad, como la copa de un vino, un hombre irreverente, insobornable, honesto, Juan Antonio García, delegado de USO, quien también estaba en la puerta del ayuntamiento aquel día trascendental para el devenir político de nuestro pueblo.

  Juan Pedro Pulido consiguió remover las conciencias dormidas y los corazones de cientos de alburquerqueños. Fueron días de sacrificio personal, que pasaron factura a su salud, pero motivaron que empezaran a moverse los despachos cómplices del PSOE que sostuvieron a Vadillo y a Murillo, a pesar de que sabían lo que había de puertas para adentro del consistorio, y no tomaron cartas en el asunto hasta ver lo que surgió de puertas para afuera. Y no es que se movilizara todo el pueblo, ni mucho menos -aquí no hay reaños para eso-, sino que fueron los medios de comunicación regionales y nacionales, con aquel minuto de oro en el informativo de Antena 3, los que hicieron actuar al poder regional, que expulsó a los concejales que siguieron fieles a Murillo-Vadillo.  

  Afortunadamente, el partido apoyó a su joven edil, Juan Carlos Prieto, quien tuvo el coraje de romper desde dentro con el vadillismo, y encontró a dos valientes, Jesús Martín y Noelia Pavón, para sumar tres concejales del grupo socialista, quienes unidos a los cuatro valientes de Ipal, Manuel Gutiérrez, Alicia García, Javi Blázquez y Raquel del Pozo, lograron los siete necesarios para defenestrar a Murillo de la alcaldía. Esas siete personas quedarán para siempre en la historia de Alburquerque, sin duda alguna.

   El jaque mate definitivo fue la moción de censura que devolvió la dignidad, la ilusión, la libertad, la justicia, la razón y la decencia al consistorio y a esta villa nuestra.

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