Alburquerque vive una de las peores crisis económicas que se recuerdan y que azota al sector de la hostelería, el más sensible cuando hay escasez de dinero o expectativas negativas respecto al futuro inmediato dado que la gente prescinde del ocio y se quedan en sus casas, pero también al de alimentación, que suele ser el que menos nota las crisis porque, como suele decirse, “la gente tiene que comer”. Sin embargo, tanto las tiendas pequeñas como las más grandes notaron el bajón en Navidad y han sufrido el peor mes de enero que recuerdan. Lógicamente, la bajada del consumo se ha dejado notar también en los comercios y menos en aquellas empresas que venden sus productos fuera de Alburquerque.
Esta revista ha hablado con distintos autónomos y la mayoría coinciden en que el mes de enero y febrero siempre son malos, pero nunca habían conocido un enero tan pésimo. Otro bar ha cerrado ya sus puertas y algunos hosteleros nos decían que esta situación puede llevarse por delante a más de uno.
Ayer martes, a pesar de que era primero de mes, el mercadillo estaba flojo, como en todo el mes de enero, de hecho, un buen número de puestos no han venido y se ve mucha menos gente comprando.
Aunque el miedo al Covid, sobre todo en diciembre, cuando como hemos publicado en la edición impresa de AZAGALA, influyó mucho en el bajón de la hostelería, ahora que la situación pandémica ha mejorado mucho, las cosas están peor, y todos los consultados por esta revista apuntan a que la causa es el estado económico en general de Alburquerque por la ruina del ayuntamiento. Son unas 150 familias a las que se les adeudan más de un año en nóminas y el consistorio, que en pueblos como el nuestro es el motor de la economía, aquí está desaparecido. Sin subvenciones, sin obras, con las calles reventadas… Alburquerque parece un pueblo abandonado y ruinoso y es evidente que, en lugar de progresar como el resto de municipios, ha retrocedido a los años de la emigración del siglo pasado.
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Portada: Paseo de las Laderas, abandonado y desfigurado.
Foto: Protesta de trabajadores dentro del consistorio.
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