COMUNICADO DEL GRUPO DE TRABAJADORES MUNICIPALES AFECTADOS POR LOS IMPAGOS
Crece la desesperación entre los trabajadores del Ayuntamiento de Alburquerque tras acumular once nóminas incobradas.
El daño que nos están causando los responsables de este atropello es de dimensiones brutales. Pocas veces se ha atentado en la España democrática de forma tan desmesurada contra unos trabajadores públicos. A veces pensamos que esta prueba que nos pone la vida, este pulso a nuestra fortaleza, tendrá fin, pero cuándo. El trato inhumano que estamos recibiendo se acrecienta con el paso del tiempo, porque no se puede jugar así con tantas familias que tras oír “cantos de sirena” sobre la propuesta de ¿urgencia? para poder pagar a los trabajadores que la Junta de Extremadura prepara conjuntamente con la Diputación de Badajoz, comprueban como nadie se ha puesto en contacto con ellas, con los afectados, por lo que nos asaltan varias preguntas: ¿Cuándo? ¿cuánto? ¿cómo?… Seguimos esperando respuestas, esta vez de las administraciones provincial y regional, porque de la local ya no esperamos nada que no sean más desplantes, silencios, inoperancia y desprecios. Que se puede esperar de un Ayuntamiento al que ponen de ejemplo de mala praxis otros municipios extremeños, que sería el hazmerreír del resto si no fuera por la gravedad de lo que aquí está pasando, y lo que resulta inexplicable, con la complacencia de otras instancias políticas y la lentitud de nuestro sistema judicial.
La semana pasada hablamos sobre el único objetivo que persiguen nuestras gobernantas para garantizar su continuidad: mantener a toda costa las residencias, de ahí que las únicas trabajadoras municipales que han cobrando sus últimas nóminas sean las trabajadoras de las residencias, y al resto de trabajadores “que les den”, no les preocupa ni ocupa el pago de esos salarios, les trae al pairo, como si no fuera con ellas.
Desde aquí seguimos denunciando que hay compañeros que acuden cada día a su puesto de trabajo sin contar con ocupación. sin cometido, de brazos cruzados, y cómo la mayoría no podemos ejercer debidamente nuestra labor porque nos falta el material necesario para llevarlo a cabo. Otras son víctimas de acoso laboral, desplazadas, víctimas de sus decisiones vejatorias. Denunciamos una situación de extrema precariedad laboral que se prolonga demasiado y que está causando más destrozos de los que pudieran pensarse. Es por ello por lo que no nos queda otra alternativa que aumentar la intensidad en las protestas con nuevas acciones que daremos a conocer en próximos días, y en las que esperamos el respaldo de la sociedad alburquerqueña.
De todos es sabido que uno de los motivos por los que se ha llegado a la ruinosa situación del Ayuntamiento ha sido contar con una plantilla de empleados sobredimensionada, y lo que nuestro colectivo no alcanza a comprender es la posición timorata y pusilánime adoptada por gran parte de estos trabajadores a los que se les adeudan 9, 10 y hasta 11 nóminas y que pese a ello no se han sumado a las protestas, no han mostrado públicamente su malestar, pese a la importancia del asunto. Y no nos referimos solamente a por qué no piden explicaciones al Ayuntamiento, a los causantes directos de esta situación, que también, sino por qué tampoco lo hacen ahora a otros organismos que han manifestado que trabajan en una propuesta para poner remedio cuanto antes a esta dramática sinrazón, para pagar lo que se nos adeuda. ¿Ni siquiera ahora tienen nada que decir?, ¿van a seguir callando?, ¿no tienen facturas que pagar? No nos cabe duda que ya habríamos superado esta página negra si en lugar de contar con un grupo reducido de trabajadores que muestra todo el rechazo e indignación por algo que nos asfixia, que nos ahoga, hubiésemos contado, como es lo normal en estas situaciones laborales, con un número más representativo de trabajadores.
Ya por último, queremos agradecer todos los apoyos que seguimos recibiendo de aquellos que se suman a nuestra causa, vengan de la sociedad civil, de formaciones políticas o del movimiento sindical.
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