El grupo creado para limpiar y reforestar zonas arrasadas por los incendios, además de recuperar callejas perdidas y otras actuaciones, cuenta ya con 140 voluntarios y, según comenta Agustín Rubio, uno de sus promotores, la cifra va en aumento. Insiste en que se trata de “un grupo abierto, del que cualquier persona interesada puede formar parte”.
Su primera actuación fue en la entrada al colegio Ángel Santos y la segunda y gran actuación tuvo lugar días atrás en el paraje de San Blas, cuyo aspecto ha cambiado de manera impresionante al eliminar toda la vegetación quemada y limpiar la zona.
La iniciativa surgió del grupo de colaboradores de los eventos deportivos locales, unas sesenta personas, fieles a Agustín, al que llevan años ayudando a montar la infraestructura de dichos acontecimientos.
Desde el grupo se ha acordado llevar una o dos actuaciones por mes y actualmente están debatiendo cuál será la próxima tarea, aún no decidida. Uno de los proyectos ambiciosos es construir puentes en la cañada boyal, como ya hicieron hace unos años a la altura del Hito para que se pudiera pasar por esa zona de la cañada intransitable por las lluvias. Aparte de ello, según cuenta Agustín Rubio, “se ponen a disposición de los servicios de jardinería municipales, para si es necesario colaborar en la limpieza de parques y avenidas”.
Este grupo de voluntarios llega en un momento muy difícil en el que, como es sabido por todos, el pueblo y su entorno están abandonados y la imagen es deplorable. Rubio señala que están para “para adecentar nuestros parajes y para hacer pueblo”.
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