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CARTA DE AGRADECIMIENTO

ESTHER BARQUERO

Buenas noches. No soy de escribir por estos lares, pero esta vez, la ocasión lo merece. Me hubiese gustado decir lo que voy a escribir en la plaza, en el espacio del “micro abierto”, pero las emociones que sentía me han impedido hacerlo.

Quiero agradecer el apoyo que estoy recibiendo por la situación que me ha tocado vivir, como se ha dicho en la plaza, me han echado de la que ha sido mi oficina durante muchos años, muchos de vosotros seguro que habéis pasado por allí en más de una ocasión, y en todas y cada una de las veces que he atendido a algún vecino lo he hecho con el mayor cariño y la mayor dedicación, de otra forma no sé hacerlo, a algunos os habrá parecido mejor y a otros peor, no se puede agradar a todo el mundo, pero si podéis tener seguro que a todos y cada uno de los que por allí habéis pasado os he tratado con el mismo cariño y respeto.

No sólo se me ha desplazado de la oficina, también se me han retirado todas las tareas que venía haciendo habitualmente, no es que me las hayan sustituido por otras, no, me las han quitado y no me han dado ninguna, estoy sentada delante de una mesa cruzada de brazos toda la mañana. Esto se me comunicó la misma mañana en la que me incorporé al trabajo después de una baja médica de dos meses, derivada de la ansiedad por toda la situación que como bien sabéis estamos pasando. Como podréis imaginar no es plato de gusto, no lo estoy pasando bien, pero bueno, dicen que “no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante”, al igual que “no hay mal que por bien no venga”, y este refrán me gusta mucho, porque es la parte en la que se saca lo positivo, que siempre me gusta buscarlo, y lo positivo es que en estos días estoy ratificando que hay mucha gente que me quiere, que me apoya, por suerte, mucha más de la que me odia.

Como decía, quiero agradecer todo ese apoyo y ese cariño, en primer lugar a mi marido y a mis hijos, que siempre están ahí, sin pedir nada a cambio y dándolo todo, estoy súper orgullosa de tenerlos, sigo con mi familia y con mis amigos, los que demuestran que de verdad lo son, los que no solo están en las buenas. A todas y cada una de las personas que en estos días se han pasado a verme por mi nueva oficina a darme ánimo y a mostrarme su apoyo, a los que me han parado por la calle y también me lo han mostrado, a los que estabais en la plaza, apoyándome con ese caluroso aplauso que me ha llegado al corazón, y en último lugar, y no por ello menos importante, a mis COMPAÑEROS, si, con mayúsculas, esos que están detrás de la pancarta y el micro cada viernes, que se están dejando la salud en esta lucha que parece no tener fin, pero que seguro que está cerca, cada vez más, esos que han tenido la valentía de exponerse públicamente en la plaza, delante del pueblo y de los medios de comunicación, con un cartel con mi nombre, apoyándome incondicionalmente, no tengo palabras para describir el orgullo y el agradecimiento que siento hacia cada uno de ellos, le estaré siempre agradecida por ello, INFINITAS GRACIAS COMPAÑEROS.

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Foto: Esther Barquero, en el centro, con otros dos trabajadores, en una de las concentraciones.

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