En otra jornada tan esperpéntica como antidemocrática, y con cerca de 150 personas concentradas en la plaza de España, Murillo y su gobierno saldaron el trámite del pleno, que para ellos es un sinvivir, ya que temen quedarse en minoría si no van Magdalena Carrasco y Sandra Maya, y ese es el quid de la cuestión. Estas dos mujeres anunciaron su marcha hace meses pero no se acaban de ir. Habría que preguntarse por qué, aunque nos lo imaginamos, pero sabemos que no se encuentran cómodas siguiendo como concejalas y votando lo que votan.
El caso es que Murillo mandó a dos alguaciles a impedir la entrada de público cuando la delegación del gobierno se había limitado únicamente a mandar a 4 agentes de la guardia civil a vigilar si había algún altercado en la concentración que también intentó evitar Murillo. Pero, que conste, en ningún momento prohibió dicha Delegación la entrada al ayuntamiento, sino que fue cosa de Murillo tras hacerse la víctima, como ha aprendido de su mentor, quien ordenó que no entrara nadie. Ni siquiera dejaron pasar a José Manuel Leal, que es presidente del Colectivo Cultural Tres Castillos, que edita esta revista, y miembro del Consejo de Redacción de AZAGALA, luego forma parte de un medio de comunicación. En fin…
Ya dentro, Ipal decidió abandonar la sesión por “estar presidida por una alcaldesa que ha entregado todos los poderes y funciones” a quien nos ha llevado a la ruina y, sobre todo, dijo Manuel Gutiérrez, “porque los vecinos no han podido ejercer su derecho de asistir al pleno y por no ser partícipes de esta farsa y este secuestro a la democracia”.
Por lo demás, y siguiendo con la misma línea de alterar la realidad, dieron cuenta de los nombres de los seis concejales que “procedemos al abandono del grupo del PSOE”, como si hubiera salido de ellos marcharse y no hubieran sido expulsados.
El punto fuerte eran los presupuestos y al no estar Ipal se echó de menos su intervención acerca de los mismos, porque el debate de los presupuestos debería ser el más importante del año, aunque ya sabemos que aquí las cuentas no sirven para nada. Como ejemplo los 3 millones de euros presupuestados para pagar a los trabajadores y se les deben 6 meses: ¿Dónde ha ido a parar el dinero? Nunca lo sabremos hasta que no haya un cambio y se levanten las alfombras, algo que les aterroriza…
Otro esperpento: ahora resulta que Vadillo ya no es asesor-portavoz-coordinador; en menos de un mes lo han ascendido a “Director General”, algo por lo que el único edil socialista, Juan Carlos Prieto, pidió un informe al secretario sobre si era o no legal, porque la plaza aprobada en pleno era de portavoz-asesor. El secretario, quien parece que enseguida ve las legalidades pero no las ilegalidades, dijo que sí se podía hacer. No tenía por qué haber intervenido, porque el concejal le pidió un informe por escrito, no hablar en el pleno.
Pero otra de las desvergüenzas vino cuando Prieto leyó su moción pidiendo un acto de reconocimiento a los trabajadores que “incluso aportando recursos propios” han estado trabajando durante el estado de alarma, así como a otras personas, negocios y agricultores y ganaderos que se ofrecieron a ayudar durante los meses más duros. “No hay mejor forma que reconocerlo que pagando los salarios y las facturas a las empresas”, añadió Juan Carlos Prieto, y pidió una mención especial y un homenaje para todos ellos.
Murillo, como siempre, sin inmutarse, dio un rodeo para votar en contra de esta moción de su antiguo compañero y vino a decir que se hará un reconocimiento a quienes realmente lo merecen y no de forma generalista.
Por cierto, el presupuesto, papel mojado, es de 5.784.000 euros.
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Portada: Algunos de los concentrados en la plaza.
Foto 2: Magdalena Carrasco, Matías Duro y Sandra Maya
Foto 3: Ediles de Ipal antes de entrar en el pleno.
Foto 4: Leal, al que se impidió el acceso a la sesión pese a formar parte de este medio de comunicación.
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