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La Diputación ofrece un plan para solucionar el problema del ayuntamiento y Vadillo lo rechaza por egoísmo

Como ya hemos venido publicando en esta edición digital de AZAGALA, la Diputación Provincial ofreció al ayuntamiento un plan de viabilidad para comenzar a resolver el problema de las nóminas impagadas y la economía municipal, pero fue el ex alcalde y de facto quien sigue gobernando Alburquerque quien lo rechazó. Lo hizo por puro egoísmo porque la condición del partido era, como ya dijo su secretario provincial Rafael Lemus, la dimisión de Murillo como alcaldesa y que Vadillo no siguiera mangoneando el gobierno local, sino que se apartara de una vez por todas. Además, en un claro desafío al PSOE, ahora va todos los días al consistorio y recibe a gente en la planta alta del mismo.

El ex alcalde, obsesionado con el poder en el que lleva más de un cuarto de siglo, prefiere ver hundido al pueblo, que las familias de los trabajadores pasen graves apuros económicos y que los servicios estén cerrados, antes de abandonar. Vadillo sigue diciéndole a los concejales que le quedan y a los pocos seguidores que dan la cara ya en su defensa, que él es capaz de solucionar el problema y quiere presentarse como salvador, toda una quimera como tantas y tantas a las que nos tiene acostumbrados desde hace muchos años.

El principal causante del problema se ofrece como el único capaz de resolverlo, con la misma política y el mismo sectarismo. Su intolerable y suicida táctica de “tierra quemada”, esto es, destruir el pueblo antes de dejarlo en manos de otros, le hará quedar en la historia como un iluminado que hundió Alburquerque, y su actitud recuerda, como escribió nuestro colaborador Mariano Armijo en AZAGALA impresa, la de Hitler en su hundimiento, cuando desde el bunker en el que estaba atrincherado rechazó toda solución diplomática y se negó a rendirse, mandando a las escasas tropas que le quedaban a morir por su causa.

Con la aplastante maquinaria del PSOE en su contra, sin el apoyo de la Diputación ni el de la Junta, no sabemos cómo pretende salvar al pueblo, a no ser que se invente otra ONG de los 10 millones de euros anuales, como prometió hace unos años.

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Portada: Imagen de las tres banderas destrozadas en el balcón el ayuntamiento, símbolo de la absoluta ruina y desidia.

Foto 2: Concentración de ayer

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