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Cartas emponzoñadas (II)

ANTONIO L. RUBIO BERNAL

 

Puerto de Albahacar, próximo el Puente de la Inmaculada 2020

         ¡Qué enorme alegría me causó que el cartero gritase desde la puerta: ¡Ramiro, aquí tiene una carta que viene de Portugal! Bien sabes tú que yo ni soy escritor y menos aún poeta, pero tus escritos son motivo para que vuelva a soñar con que otro Puerto es posible. Gracias doy al Altísimo por conocerte y porque tú seas la única persona en este mundo en quien pueda confiar mis desvelos y preocupaciones por este pueblo, que es el nuestro, sobre el que a veces pienso que no merece tanta desazón. Bien sabes que por mi ignorancia muchos de tus pensamientos no están a mi alcance, pero sólo con pensar que los plasmas en el papel para que los lea, me emociona. De mayor la sensibilidad la llevamos más a flor de piel.

Estoy escribiéndote a bolígrafo, no quiero que tu “chico”, mi único nieto, se entere de aquello que tú y yo podamos comentar cuando lo pasa a la screen; es muy suyo. En eso él es diferente a ti; como muchos jóvenes puertoalbahaqueños, mira para otro lado. Ojalá congeniéis y logres aquello que yo no he podido y mi hijo, su padre, se rindió a lograr: encauzarlo por la senda de la sesera.

Guardo tu carta en mi mesita de noche y la releo de cuando en vez, si estoy solo en casa, pues tanto mi nuera como mi hijo piensan que estoy majara con tanta escritura y me preguntan que qué hago escribiéndome con una chavala tan joven. Ellos no creen en nuestra “causa”, son de los puertoalbahaqueños que callan, ande yo caliente… Les hablo de nuestra “revolución intelectual” y me responden: otra tontuna más, como cuando te dio por los libros de Delibes o Cela e ibas a la biblioteca cada semana. Gran pena me da reconocerlo en los míos, pero quien no ama los libros pierde media vida.

Me gustaron mucho tus explicaciones sobre tu actual morada. Ha sido algo distinto y nuevo para mí; nunca nadie me había hablado del sitio donde habita, y a mi familia, cuando falta de aquí, porque va de veraneo, a la vuelta, sólo le escucho playa, arena, pareo, pamela, chiringuito, gorra, cerveza, rebujito, espeto, choquitos, copa y poco más. Se me ocurrió sacar a relucir tu invitación para que fuésemos con el “niño” e inmediatamente: ¡pero qué dice, cómo piensa eso, adónde vamos con usted!; en fin, los mayores siempre estorbamos. Menos mal que tu “chorbo” me la ha mostrado por la máquina y me hago una idea.

Sin tu permiso (lo mismo fui imprudente; me vine arriba, entre orgulloso, fardón y pletórico, porque tú me prestases atención) mostré tu carta entre mis colegas del Hogar; admirados todos de que chica tan joven (¿24?) tuviese tan clara visión político social de Puerto. Y eso que no saben lo mejor, que formamos parte de ese pequeño clan puertoalbahaqueño que opta por la revolución contra este ruinoso poder local establecido, al que queremos derribar sin violencia. Ser artífices (¡eso sí que nos dignificaría para siempre! Ya imagino mi epitafio: “murió con bolígrafo en mano”), entre otros muchos, de “La Noble Epopeya de Puerto” –podría ser el título para un futuro libro del que fuésemos coautores, tú ya doctorada-, en pro de la decencia y la libertad perdida en su seno.

Atribuyo las desdichas que sufre al olvido de que es objeto por parte de sus gobernantes, que a lo único que muestran apego es a su prosperidad personal. Pena siento al encontrarlo abatido por su decadencia. No sé tú, yo encuentro acomplejada a nuestra villa, que en su pasado fuera grande pero sin sitio en la actualidad gracias a tan nefasta gestión. Citar Sanvi, Codo, Villar deviene en sonrojo. Pero a buen seguro que recuperará la ilusión de la mano de sus valientes vecinos, como tú bien dijiste, agrupados junto a quién si no, “La Proterva”, cada día más valiente (nuestro mentor entró el otro día al trapo de un tal Mayo (¿?) por sentirse aludido, como colaborador, de dañar las instituciones locales. No se cortó un pelo y le respondió que “en la triste página de la historia actual del pueblo los únicos que han causado daño a nuestras instituciones, nuestra sociedad, nuestro patrimonio, nuestra riqueza y un largo etcétera son precisamente los mismos que a usted le erigen portavoz”). De auténtica pena; su ímpetu, muy reflexivo y prudente en todo lo referente a lo jurídico, pero muy visceral en lo cotidiano. ¿Quién le mandó a él, sin conocer al interfecto? Para bien o para mal, en lo tocante a la revista se calienta y explota, como los globos; en fin, tendremos que aceptarlo. Otra cosa no queda. Por el contrario, mandó otra carta al Hoy de denuncia sobre lo ocurrido en el último pleno que ole; pues nada se ha dicho de ella en la revista.

¡Jo, nunca sentí mayor felicidad escribiendo! Ahora sí que sí que. Liado con mi obra, “Puerto de Albahacar”, participé al “artista” (no te importará que llame así a tu “chorbo”, ¿verdad?; bien sabrás la enorme afición que hemos tenido aquí siempre a poner motes; bueno, para que veas, por no ir más lejos, nuestro mentor de siempre fue “Kubala”); pues bien, le expuse que “la realidad sobrepasaba a la ficción: la falta de transparencia en la vida pública, la falta de beligerancia con el discrepante, la falta de respeto a la oposición, la falta de recuperación de la imagen pública de la villa, todo junto…  campa libremente acá”, y él, “como quien oyese llover”, ¡ni puto caso! Ese es el proceder de los veinteañeros de aquí; así que aburrido me encuentro de preguntar en la plaza por qué a Las Laderas se las cargaron, con el buen servicio que prestaban a jóvenes y no tan jóvenes; por qué consentimos el estado ruinoso del castillo, fuente importante para nuestra economía; por qué no se paga a los trabajadores del ayuntamiento, si derecho a su salario no les falta; por qué, por qué…Como Juan Bautista, predicando en el desierto.

Nosotros a lo nuestro, somos “intelectuales” (a mi edad y con menos títulos que una liebre), pero “disidentes”, protestando por lo que vemos, y sintiendo aversión por lo que tenemos. Y en ello, conmigo, tú, “mi banderín de la tacha”, tú, que tan fino hilas. Puestos a hilar habrás observado que IPAL ha cambiado de estrategia; salen cuatro concejales a la palestra como portavoces, cada uno para diversos asuntos, todo dinamismo, y gusta a la gente. Ojalá atraigan más votos y veamos la luz al final de tan tenebroso túnel. También el Píriz y su grupo nos están echando una mano, intentado cosechar rédito electoral. Confío en que podamos, al fin, enterarnos de lo que más ansío: del cambalache instaurado, y que Hacienda ponga orden en este lodazal, que falta hace.

Para ti la mejor de las fortunas.

Monsaraz, Puente de la Inmaculada 2020

          ¡Buenas de nuevo, Sr. Ramiro! No crea; una de las razones por las que congeniamos su nieto y yo es porque somos opuestos; así que para qué cambiar, él es él, yo soy yo, con nuestros defectos y virtudes; ¡mas ele tem um bom coração! Y le diría más (sin quitarle razón): las tonterías que tiene de irreflexivo, de espontaneo, de loquera, le vienen de haber sido un niño mal criado, consentido, al que nunca se le exigió la responsabilidad propia de la edad. ¡Esa madre, que aún hoy piensa que se le va de las manos! ¡Será que perdi minha mãe tão joven!

          No me importa en absoluto; llámele “artista”, “chico” o “chorbo”, como me dijo aquella noche que me acerqué a casa y estaba en el baño: “Tu chorbo tarda una eternidad”. Pero, por favor, no me eche piropos; si tuviese que confesarle le diría que usted para mí es la “conciencia de la sociedad puertoalbaqueña”, que con su palabra nos sacude la pereza y nos lleva a la protesta. ¡Muito grato por isso! Así que, por favor, no me agradezca nada.

           Antes de responderle, le hablaré otro poquito de Monsaraz, freguesia del Concelho de Reguengos de Monsaraz. Conquistada a los moros (Siglo XII), su castillo guardó al río Guadiana. Cuenta con gran patrimonio histórico, muy bien cuidado, y unas vistas que impresionan al viajero; de hecho aquí se dice que “nós vivemos no céu”, y desde el cielo se ve todo mejor, ¿verdad? Su magia del medievo no se ha perdido aún; si caminas sola y prestas atención los rollos de sus calles te susurran al oído. Serían los templarios quienes establecieran nuestro Fuero del Baylío por estas tierras, sólo que se le llamó “Carta de Mietade”, a la mitad. A propósito, ¿se interesó el ayuntamiento por los libros de Antonio?

           Para mí, volver a Portugal, dominando su lengua (como buena Abreu), está siendo una experiencia única. Le puede contar su nieto lo contenta que estoy. Los estudios me están resultando costosos pero muy provechosos. Hasta tal punto estoy sumergida en ellos que como libro de cabecera tengo “Uma nova história econômica de Portugal”, de Lains y Ferreira de Silva, una visión global del desarrollo económico portugués en la actualidad, que tanto está sorprendiendo al mundo. La empresa donde trabajaba en Badajoz mantiene relaciones comerciales con este país vecino. Espero volver a ella cuando esta etapa finalice. Me dijeron que sí, pero… Y volviendo a los libros: no haga caso, siga yendo a la biblioteca con las tres emes (mascarilla, manos con gel y manteniendo distancias), pero no deje de leer, por favor, com certeza vai prolongar sua vida.

        Respecto a la situación de la villa, confío en que haber sufrido este revés nos dé fuerzas para luchar contra la desesperación que el mismo provoca. Partimos de que sus gobernantes pasan olímpicamente de todo: de su patrimonio, de su riqueza (porque cuidao qué gestión de Los Baldíos), del día a día (incluyo limpieza, concordia…), etc.; ellos cobrando… aunque sea a la oposición no se le paga su presencia en plenos. Por un lado, confiemos en el pronunciamiento de los tribunales, encargados de juzgar a los responsables de tanto ocultismo, tanto enchufismo, tanta miseria y tanta ruina. De más joven gritaba con fuerzas: ¡Despierta, Alburquerque, despierta!, pero ya, con la edad, y aun siendo joven, me siento aburrida. En la villa habita mucho ser vegetativo, que incrementa la incapacidad de escuchar y más aún de pensar. Actitudes como pactar, dialogar, transigir, fundamentales para proteger el pluralismo democrático, sencillamente, se desprecian en su seno. Incluso le diría más: observo emisarios que salen a las redes (no a la página), con intención de minar nuestra labor, la de todos los combatientes, poniendo en entredicho tanto la valentía como el fin, tan digno como luchar por el poder en democracia. ¡A ver si se enteran de una vez: aquí nada es de nadie, y menos la democracia que tanto costó! Sería el historiador Santos Juliá quien se encargase de esculpir en mi mente aquello de “avance y retroceso, voz del pueblo que arroja del poder a hombres inútiles que para nada servían, pero también multitud ignorante que aclama el despotismo y aun hace esfuerzos para sostenerlo”. Y por otro lado, lo que a todos nos espera en un futuro inmediato, en el que la unión nos dará fuerza, la inteligencia servirá para superar trabas, el consenso facilitará el quehacer diario y el respeto a cada cual nos llevará a borrar, de una vez por todas, este maldito presente.

        Me va a perdonar, estoy liada. “Decisoes eficientes no ambiente de negocios” ocupa mi tiempo, y éste ayuda a estudiar; llevamos un otoño de aguaceros (cuenta mi padre que antiguamente ahí, días y días enteros lloviendo). Aquí cargan mucho las nieblas, pero como se quede raso la noche anterior, agua segura al día siguiente; así que uso hasta botas de goma, modernas, pero de goma, antiguamente las llamaban ustedes “catiuscas” (y me contaba también que había un señor, llamado Adrián, que tenía un comercio grande y las vendía para España y Portugal). Mi amigo Mateo tiene hasta cerco en las canillas; le gusta usar sólo calcetines cortos (odia los jackjones) y le abrasan las espinillas. Es muy suyo, como buen portugués “o que um exagera o outro fica aquém”.

Perdone; sem mais, receba um forte abraço, Rosita; para usted, “la portuguesa”.

 

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