El pleno de ayer volvió a demostrar varias cosas: la falta de escrúpulos de Murillo a la hora de mentir con descaro total, su desprecio por las normas democráticas y de educación –entra en la sala de plenos y no da las buenas tardes, ni mira a la oposición, como si fueran apestados- y su obsesión por parecerse y ser fiel hasta perder la dignidad a su mentor y quien dirige toda su política y a ella como si fuera una marioneta.
Basta con empezar diciendo que la alcaldesa vino a asegurar que quien se reunió con los trabajadores por la falta de pago de las nóminas fue ella y solo ella y que el problema es pasajero por un problema de tesorería. Reconoció dando un rodeo que no se ha pagado a la empresa que ha instalado el césped artificial en el campo de fútbol, a la que, como era de esperar, culpó de ello, porque hay que reparar ciertos aspectos de la obra. Pero es que no le han pagado ni un solo euro, ni una sola certificación y, sin embargo, como señaló Gutiérrez, están utilizando las instalaciones.
Marisa Murillo desveló que dos formas para elegir a los usuarios que entran en las residencias: las plazas que entran en el convenio con la Junta son seleccionadas por este organismo, mientras que las plazas municipales son cubiertas a decisión del propio ayuntamiento teniendo en cuenta la gravedad de los que están en la lista para entrar.
Se negó a responder a las preguntas que llevaba Ipal a esta sesión, registradas con ¡¡¡una semana de antelación!!! y esta vez no dio ningún ni motivo. En plenos anteriores al menos decía que no había tenido tiempo de prepararlas cuando para responder muchas de ellas bastaba con decir sí o no.
El grupo independiente llevó, además de la moción de la que informamos anoche, otras preguntas de última hora, como la solución al problema de los olores en la calle Zapateros, cuándo piensa solucionar la petición de Adifisa para ampliar sus instalaciones para el Centro de Atención Temprana que lleva desde septiembre de 2017 esperando, o cuándo va a dar permiso a esta misma asociación para colocar en una plaza o un parque de Alburquerque un corazón solidario para que la gente eche allí los tapones destinados a causas solidarias, algo que solicitó Adifisa hace ya un año y ni le han contestado.
Murillo escuchó estas preguntas sin inmutarse, sin mirar a Gutiérrez que las planteaba, y por supuesto, no las respondió.
Después del pleno y ante el nuevo desplante de la alcaldesa, el portavoz de Ipal compareció ante los medios en rueda de prensa de la que informaremos a lo largo del día.
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