ANTONIO APARICIO
¡Eh, señora alcaldesa; un pleno más, un pleno menos! Le quedarán muchos o le quedarán pocos; será fácil o se le complicará; le dará tiempo a sentarse o pretenderá hacerlo de pie; responderá a las preguntas o mejor las dejará para el siguiente; dejará hablar a la oposición o la hará callar; levantará la sesión o la continuará como buena demócrata… Solo le pido que respete a Ipal, porque respetando a este grupo, mostrará un respeto a cada uno de los 1.162 votantes que los preferimos en las urnas.
Me preocupan más bien poco lo que la hayan votado a usted. ¡Ellos verán!
Usted era muy dada a la frase “respete a la presidencia, señor Gutiérrez”. Ahora el guion se ha dado la vuelta. Ya ve, paradojas de la vida…
Y para finalizar un buen consejo: suelte usted el paquete, la fruta prohibida, la patata caliente, el caramelo envenenado… Como quiera llamarlo. Y déjelo en manos de su amigo, ya que ÉL es el culpable de todo el entuerto. Algún día se acordará de mí; no deje que sea tarde.
Con cariño, un saludo, pero no nos engañe más. Se lo pido por favor.
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