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LA BADILA. Alburquerque, por fin, vivo…

FRANCISCO JOSÉ NEGRETE

En los últimos meses y más si cabe en las últimas semanas, hemos contemplando en las redes sociales cómo, por fin, el pueblo parece estar despertando de su letargo, o más bien perdiendo el miedo a expresar libremente sus críticas a distintas cosas que están sucediendo. Especialmente leemos comentarios acerca de la dejadez de las calles, de los parques y jardines, con cientos de comentarios, pero también, ayer nos encontrábamos con que una mujer valiente denunciaba el hecho grave de que no haya AEPSA (antiguo PER) en Alburquerque, donde en los últimos años se han perdido cientos de miles de euros y un sinfín de jornales por culpa de la deuda de nuestro ayuntamiento con la Seguridad Social. De hecho, nuestro pueblo ha sido el único municipio que perdió los fondos en la anterior convocatoria y veremos a ver lo que ocurre en la próxima. Por lo pronto, en todas las localidades de nuestra comarca hay trabajadores contratados por el Per desde hace semanas.

También hemos leído quejas en Facebook de personas afectadas por el impago de sus nóminas, entre ellas otra una mujer valiente que denunció que tanto a ella como a su hijo les debían casi tres meses de sueldo. Pero, en este caso, han sido muy pocos los afectados que se han atrevido a desvelar su injusta situación y es que hemos de recordar que tanto el anterior alcalde como la alcaldesa advirtieron públicamente a quienes reclamaban sus salarios que las condiciones eran esas y quien no las aceptara, ya sabía el camino… Algo que, por otra parte, les han dicho en sus propias caras a quienes no han denunciado esta injusticia públicamente, pero sí han ido a reclamar al ayuntamiento.

Más dura se mostraba otra tercera mujer, inteligente y despierta por lo que le venimos leyendo, quien ponía el dedo en la llaga al pedir que en el caso de las subvenciones “ingresen los sueldos directos a las cuentas de los trabajadores, porque como pasen primero por el ayuntamiento no veríamos un duro”.

Respecto al estado de los parques y tras las críticas de otros vecinos, ha habido quien culpó al jardinero, sin razón, porque este profesional ni dispone de las herramientas necesarias para ejercer su función de forma adecuada, ni tiene suficiente tiempo para estar él solo al cuidado de todos los jardines. Y, como escribía nuestro colaborador, Antonio Aparicio, siempre acertado y oportuno: “Fíjense si tenemos un Ayuntamiento débil y debilitado que los de arriba no han salido a defender a uno de sus trabajadores”.

Es un ejemplo más de la desidia total, el abandono absoluto en el que está sumido nuestro pueblo, algunas de cuyas miserias inéditas podrán leer en el siguiente número de la edición impresa de AZAGALA, pero ahora, por lo menos, parece que la gente está empezando a mostrar su malestar, esa conciencia crítica tan necesaria en las sociedades que necesitan sentirse vivas y promover un cambio.

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Foto: Jardines del centro de salud./ ALBURQUERQUE TODAY

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