A nuestra alcaldesa parecen no haberle hecho efecto las numerosas críticas que ha recibido en las últimas semanas desde que dijo aquello de que antes de llegar Vadillo al poder el “castillo estaba cerrado y no podía visitarse”. Lo decimos porque en la presentación del Encuentro de Hermandades y Cofradías, fiel a su creencia de que, antes de la llegada al poder de su antecesor en la alcaldía, Alburquerque prácticamente no existía, o no era nada, Murillo dijo en su intervención que iba a “destacar que, desde hace 24 años, siendo alcalde Ángel Vadillo”, empezó el apoyo “a toda la comunidad cristiana” y a desarrollarse obras “en el patrimonio religioso”.
Lo que es lo mismo que decir, una vez más, que antes de Vadillo (en adelante a. de V.) no se apoyaba a la comunidad cristiana ni se hicieron obras en las iglesias ni en la ermita de Carrión ni en el patrimonio religioso en general. No nos explicamos cómo sobrevivió todo este patrimonio durante siglos sin estar Ángel Vadillo en el poder.
En contraste con estas palabras, otro de los intervinientes en el acto, Salustiano Bozas, que es experto en la materia y sí sabe bien de lo que habla, dijo que “Alburquerque fue siempre una ciudad cofrade y llegó a tener más de 30 hermandades”, además de recordad que nuestro pueblo tuvo “3 parroquias, 3 conventos y más de 10 ermitas”.
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Foto: Marisa Murillo y Celso Morga
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