El Encuentro de Hermandades y Cofradías de la archidiócesis de Mérida-Badajoz que en sus 28 ediciones por primera vez se celebraba en Alburquerque resultó un éxito organizativo, además de generar ingresos económicos en nuestro pueblo, algo muy necesario en estos momentos de crisis.
La jornada trascurrió principalmente en la casa de cultura “Luis Landero” y fue conducida por Salustiano Bozas, hombre muy implicado desde siempre en el asunto de las hermandades y cofradías de Semana Santa. Él ejerció como portavoz de las existentes en Alburquerque y como presentador de los intervinientes en el acto, que se celebró con el local repleto de gente, los 320 cofrades asistentes más otras personas que se interesaron por esta jornada.
El primero en tomar la palabra fue el Delegado Episcopal de Cofradías y Hermandades, Pedro Fernández, quien empezó dando la bienvenida a “la hermosa y acogedora villa de Alburquerque”, tras el cual intervino la alcaldesa Marisa Murillo, que agradeció al párroco Antonio Acedo y al mayordomo de la Hermandad de la Virgen de Carrión, José María Rasero, el trabajo de organización desarrollado, además de agradecer la labor en este terreno de su antecesor Ángel Vadillo.
En declaraciones a la emisora comarcal RCA, Rasero se mostraba satisfecho por la jornada que congreso a entre 60 y 70 cofradías de la provincia y recordaba que la idea de la celebración de esta jornada en Alburquerque partió de la Hermandad de la patrona de nuestra villa. Además, agradeció la colaboración del ayuntamiento y en especial a Ángel Vadillo, que era el alcalde cuando surgió la iniciativa de la Hermandad, y a Murillo por su apoyo.
Por su parte, el arzobispo, Celso Morga, se limitó a agradecer el trabajo de organización y en la importancia de las personas que preparan este tipo de acontecimientos y del día a día para el buen funcionamiento de las cofradías.
Al final tuvo lugar la ponencia de Francisco Maya sobre la caridad en este tipo de asociaciones religiosas.
Después se celebró una misa en San Mateo y la comida en el restaurante del hotel Machaco. También vimos a los asistentes comprando por el centro del pueblo, entre otros lugares en El Portugués, donde adquirieron decenas de dulces y pasteles lusos.
Finalmente visitaron el castillo de Luna.
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