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El discurso navideño de quien nada tiene que ofrecer a Alburquerque

El discurso navideño de la alcaldesa puede resumirse en tres palabras: “proyectos, proyectos, proyectos”… Sin novedad en el frente, lo mismo que llevamos escuchando durante años y años. Marisa Murillo citó 20 veces la palabra “proyectos” prácticamente sin concretar cuáles, excepto los de siempre, los que nos vienen prometiendo desde hace más de una década: hospedería, albergue juvenil y renovables.

Murillo dijo en primer lugar que iba a hacer un balance de 2019, año que calificó de “duro y difícil por las trabas y complicaciones para salir adelante con los proyectos”. Por supuesto, no citó ni una sola traba, porque no han existido. La única dificultad es la ruina a la que han llevado al ayuntamiento, pero ni siquiera habló de los problemas que han tenido durante todo el año los trabajadores y los proveedores para cobrar. Eso sí, como principal problema del año citó que “nuestro líder Ángel Vadillo no se pudiera presentar a las elecciones por una serie de denuncias continuas”. Como si fuera inocente y no hubiera cometido delito alguno. Además, la alcaldesa remató diciendo que “la democracia debe estar por encima de todo”, como si el hecho de ganar unas elecciones te permitiría cometer cualquier delito sin que la justicia pudiera intervenir. Gravísimas sus palabras e indecorosas en una persona que es alcaldesa y diputada provincial.

Marisa Murillo aseguró que “nos hemos volcado en ayudar a toda la gente con empleo y prestaciones sin dejar a nadie atrás”, y añadió que en 2019 “hemos hecho realidad muchos proyectos”, pero no los citó. Solo habló de la nueva residencia de ancianos como “una apuesta del gobierno que se suma a otros proyectos de residencias desde lo público”. Ni una sola referencia a la familia Rasero-Fuentes que hizo el esfuerzo de construirla y a la que le han quitado hasta el nombre de la residencia alquilada por el consistorio.

Es verdad que el gran logro de Ángel Vadillo ha sido su apuesta por las residencias que construyó el ayuntamiento y que está manteniendo con dificultades. Esperemos que pueda seguir haciéndolo con la nueva llamada Santa Lucía, que ha sido la gran obra de 2019 y ha salido de la iniciativa privada, aunque parece que quieren que se olvide.

En cuanto al 2020, Murillo dijo que “intentarán sacar los proyectos adelante y ayudar a la gente” para lo que pidió “ilusión y confianza en nosotros”. Ninguna palabra para generar esa confianza en quienes no cobrar sus nóminas a final de mes.

La alcaldesa señaló que “apoyarán las iniciativas privadas y las de las asociaciones, vengan de donde vengan” e insistió en hablar de proyectos y proyectos, citando solo los mismos tres de hace más de 10 años: albergue, hospedería y renovables. En fin, el discurso de quien no tiene nada que ofrecer a Alburquerque, porque la deuda que han generado nos asfixia.

Eso sí, hay que agradecer a Murillo el tono y que al menos no aprovechara el mensaje navideño para insultar, descalificar o amenazar a alguien, como nos tenía acostumbrados su antecesor en el cargo.

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Foto 1: Imagen de Marisa Murillo en su toma de posesión como alcaldesa. No tenemos imagen de su discurso navideño porque, una vez más, fuimos el único medio vetado a su comparecencia.

Foto 2: Familia Rasero-Fuentes, el día de la inauguración de la residencia que ellos construyeron con gran esfuerzo.

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