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Miedo al futuro

Por AURELIANO SÁINZ

A lo largo de los años, y antes de comenzar en clase el estudio de la familia a través del dibujo, les suelo proyectar a los alumnos algunos dibujos que previamente he seleccionado para que, tras darles los datos de la edad y el género del autor o la autora de los mismos, los interpreten de modo espontáneo, incidiendo, especialmente, en aquellos aspectos que les llaman la atención.

A medida que avanzamos en el debate, y tras las interrogantes que les voy abriendo, se sienten cada vez más intrigados ante las preguntas que les realizo. Paso a paso, comienzan a entender el interés que tienen los dibujos libres sobre aquellos temas en los que los escolares se encuentran más involucrados, como es el caso de la familia, puesto que todos los seres humanos comenzamos a formarnos psicológica y emocionalmente dentro de los grupos familiares a los que pertenecemos.

Una vez que les aclaro el significado de los dibujos, en algunas ocasiones, suelen hacerme la siguiente pregunta: “¿Y cómo se sabe con seguridad que la interpretación que nos da de este dibujo es totalmente correcta?”. Entonces, les suelo aclarar que en el ámbito de las ciencias humanas no se pueden afirmar con total seguridad las cosas; no obstante, hay explicaciones bastante fiables a partir del conocimiento obtenido por la experiencia acumulada a través del trabajo llevado a lo largo de los años.

Para que veamos, por tanto, la riqueza del dibujo como un lenguaje visual que comunica sentimientos profundos (incluso muchas veces no conocidos por los propios autores de los dibujos), quisiera traer a colación cuatro dibujos similares de estudiantes de diferentes edades que fueron realizados en distintos centros educativos.

Previamente, quisiera indicar que los dibujos seleccionados tienen un rasgo común en las cuatro escenas representadas: cada uno entregó la lámina con la mitad de la derecha en blanco, como si el trabajo estuviera sin acabar; y no era por falta de tiempo, sino porque consideraban que el trabajo ya lo habían terminado de este modo.

¿Y qué significado tienen aquellos dibujos en los que la mitad derecha de la lámina aparece en blanco de manera voluntaria? ¿Es, acaso, por pereza? ¿Saben sus autores, de modo consciente, lo que hay tras ese trabajo “inacabado”?

Para llevar a cabo la interpretación de ese espacio de la lámina en blanco hemos de tener en cuenta que en nuestra cultura comenzamos a escribir por la izquierda, por lo que la zona izquierda representa el pasado (y en ocasiones, el presente); al tiempo que la derecha simboliza el futuro, ya que es la parte que todavía no se ha completado, la que falta por escribir.

A partir de este significado inconsciente, estos dibujos tienen en común el que sus autores sienten una fuerte inseguridad y un gran miedo del futuro, de su propio futuro, ya que no saben qué les puede ocurrir más adelante, todo ello producto de las situaciones críticas que, tristemente, les ha tocado vivir en edades tan tempranas.

Comenzamos con el trabajo de un niño de 10 años, que se encontraba en quinto curso de Primaria en el momento en el que se llevó a cabo la experiencia de plasmar libremente el dibujo de la familia.

Cuando al finalizar la clase iba a entregar la hoja le pregunté si ya estaba terminado, pues todavía quedaba tiempo por si deseaba completar la parte blanca que aparecía en el lado derecho. Dado que me indicó que ya estaba acabado, más tarde y privadamente, le pregunté al profesor de la clase si tenía alguna información de la situación familiar del chico. Me indicó que sus padres estaban en trámites de separación, cuestión que le afectaba mucho, tanto emocionalmente como a su rendimiento académico, que había bajado mucho.

El comentario dado por el profesor ayudaba a entender la razón de la crisis emocional por la que estaba atravesando el autor del trabajo y que la reflejaba con claridad en la escena que había plasmado. Paso, pues, a argumentar el significado de su dibujo.

De modo habitual, en este tipo de experiencia, y una vez que han finalizado el trabajo, a los participantes se les pide que numeren los miembros de la familia según el orden de aparición. Así pues, en este caso se comprueba que el personaje más importante para el propio autor es su padre. Esto queda reforzado con la siguiente figura que le corresponde a él mismo y que se traza cercana a la figura paterna. En tercer lugar, aparece su madre, alejada de ambos, como si la sintiera emocionalmente distanciada y nada que ver con ellos. Por último, traza a su hermano pequeño, el más separado de todos y en actitud un tanto solitaria.

Pero lo más significativo de la escena es el hecho de dejar vacía la parte derecha de la hoja. Para mí, su significado es claro: resulta ser la manifestación palpable del vacío y del miedo que siente hacia el futuro, ya que no sabe qué va a suceder en adelante. Por otro lado, y puesto que el suelo verde se acaba bruscamente en el centro de la lámina, a su madre la siente próxima a un precipicio, como si fuera la más insegura y afectada del grupo familiar.

El segundo trabajo corresponde a un alumno de 11 años que se encontraba finalizando Primaria. Si observamos la escena que plasmó de su familia, comprobamos que tiene gran similitud con el dibujo anterior, es decir, que realiza todo su trabajo en el lado izquierdo de la lámina, dejando totalmente vacío el derecho. Según la información recibida, la situación de este chico era más dramática que la del anterior, puesto que su padre había fallecido hacía tres años, es decir, cuando él tenía solamente ocho, y desde entonces su madre se encontraba en tratamiento por depresión.

Comprobamos que, en este trabajo, el padre no aparece en la escena representada. (He de decir que, inicialmente, niños y niñas cuyos padres o madres han fallecido suelen dibujarlos, tal como hemos visto en artículos anteriores, pues se les hace muy difícil la idea de que ya no estarán nunca con ellos al ser una pérdida definitiva.) De este modo, la tristeza y la soledad que le embarga se muestra en la escena al aparecer únicamente ellos dos, sin otros familiares que pudieran mostrarles algo de apoyo emocional.

Este tercer dibujo corresponde a una niña de 9 años, que se encontraba en cuarto curso de Primaria. Dado que en la clase la veía muy dubitativa a la hora de realizar el dibujo, la animé, indicándole que no se preocupara, que lo realizara como le pareciera bien y a su manera. Cuando finalmente me lo entregó, entendí las razones de la inseguridad que le provocaba esta temática, pues, tal como había escrito en el lado derecho que había dejado totalmente en blanco, su padre había fallecido y ella pasaba mucho tiempo con su abuela.

La profesora de la clase me confirmó el bajón que había tenido la niña, dado que su madre entró en una gran depresión y fue la abuela la que tuvo que hacerse cargo de ella.

Esto puede comprenderse, ya que a su madre la dibujó inicialmente en tamaño muy pequeño, pero posteriormente la borró, sintiendo gran inseguridad en la figura materna. Por otro lado, como podemos apreciar, inicialmente trazó una línea vertical que dividía a la lámina en dos partes, dejando a la derecha totalmente en blanco y que le sirvió para escribir ese par de frases en las que me explicaba su situación.

Tristeza, inseguridad y un miedo muy grande hacia el futuro es lo que manifiesta la niña ante la dramática situación en la que se ha visto envuelta en sus inicios de la vida.

Este cuarto trabajo que muestro se corresponde con un chico de 13 años, siendo el más dramático, puesto que su padre falleció años atrás quitándose la vida. Este hecho terrible afectó fuertemente a su madre que entró en un estado depresivo, sintiendo que no podía hacerse cargo de su hijo, por lo que este tuvo que irse a vivir con sus abuelos, que son los que le cuidaban en el momento de llevar a cabo esta investigación en su clase.

Como podemos ver, el autor también deja vacío el lado derecho de la lámina. Siente, pues, pánico al futuro, puesto que aparece solo con sus abuelos, que son los que le ofrecen cierta seguridad dentro de un mundo que se le muestra cruel y sin sentido, pues no entiende que quien tenía que darle esa seguridad y confianza en la vida se la hubiera quitado, sin que su propia vida no fuera suficiente para que su padre soportara el trance por el que pasaba.

En el dibujo que realizó, tal como podemos apreciar, aparece junto a sus abuelos, al tiempo que un árbol se interpone entre él y su abuela. Por otro lado, la línea de base, trazada con regla, va de extremo a extremo; de igual modo, el título de “La familia” se muestra centrado. Sin embargo, toda la escena está elaborada en el lado izquierdo, dejando el derecho completamente vacío.

Llama también la atención el trazado del árbol, ya que su tronco, grueso, curvado y robusto, alude a una silueta femenina. Además, en la copa del árbol aparecen trazados varios frutos: cinco de ellos, de color rojo, cargados de vitalidad y otros dos, de color negro, que recuerdan la tristeza y la muerte.

¿Simboliza el tronco del árbol la figura de su madre que se interpone entre él y su abuela? ¿Son los cinco frutos cargados de vida el recuerdo de su vida familiar anterior, que estaba formada por cinco miembros antes de que la crisis asomara? ¿Son los dos frutos negros una referencia simbólica a la muerte de su padre y al hundimiento psicológico de su madre?

Son dudas que me han asaltado posteriormente, pero para resolverlas hubiera necesitado en su momento haber mantenido una charla personal tranquila y confiada con su autor, cosa que por entonces no hice, por lo que ahora son preguntas sin claras respuestas.

 

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