Hace unos días informaba la prensa regional que en la actualidad hay 55 plantas fotovoltaicas en tramitación en Extremadura y ninguna de ellas es del término municipal de Alburquerque. Hace unas semanas, el presidente de la Junta, Fernández Vara, pedía a los ayuntamientos que no pusieran trabas a los proyectos y los agilizarán lo máximo posible.
En esta revista hemos informado de que en Alburquerque existen al menos tres proyectos interesantes, que nosotros sepamos porque incluso hemos visto alguna de las iniciativas, y una de ellas, aquella cuyos promotores han contactado con Ipal, es de una gran envergadura.
Pues bien, como sabemos, el portavoz de este grupo independiente, Manuel Gutiérrez, tendió la mano a Ángel Vadillo y le dijo que estaba dispuesto a organizar una reunión entre el alcalde y estos empresarios para que el proyecto pudiera ser una realidad en tierras de los Baldíos, siempre respetando la ley, porque, evidentemente, los terrenos tienen que salir a subasta.
Estamos hablando de una planta fotovoltaica que ocuparía cientos de hectáreas y generaría, al menos durante su construcción, también cientos de empleos.
Sin embargo, Vadillo desdeñó la petición de Gutiérrez diciendo que no era el momento de hablar de estos temas. Y lo dice porque, como también hemos informado en AZAGALA digital, el alcalde ha comentado a personas cercanas que un grupo inversor extranjero, en concreto oriental, quiere montar una gran planta fotovoltaica en tierras comunales, tan grande como la propuesta por Ipal.
Nuestro alcalde quiere hablar de ella más cerca de las elecciones, porque es entonces cuando causaría mayor impacto en los votantes.
Lo grave del asunto no es solo que Ángel Vadillo no quiera reunirse con unos empresarios del sector, porque han contactado con el grupo independiente, sino que existen otras plantas en fincas privadas que están igualmente paralizadas.
El problema principal es la falta de una subestación de evacuación de la energía producida en las plantas, algo imprescindible. Alburquerque cuenta con una subestación (el conocido como “transformador” de la carretera del cementerio), pero esta ya solo tiene capacidad para evacuar la energía de otra planta pequeña más, y es necesaria la construcción de una estación nueva, cuyo coste es enorme.
Pues bien, los promotores del proyecto del que habló Ipal están dispuestos a construir esa subestación, algo que suelen hacer todos los grandes empresarios del sector. Pero nuestro alcalde no da su brazo a torcer, luego está entorpeciendo los proyectos en ciernes.
La actitud de Ángel Vadillo es una vez más intolerable, porque el hecho de ser alcalde no le da derecho a actuar a su propio antojo, por cuestiones meramente electoralistas, sin importarle la opinión ni los sentimientos de los vecinos, como es el caso de su idea de pavimentar las Laderas; o a saltarse los derechos laborales de los trabajadores; o a negarle la información a los grupos de la oposición o levantar la sesión de los plenos para no contestar a las preguntas comprometida; o a saltarse las condiciones legales de igualdad, mérito y capacidad a la hora de contratar; o a tener cerrado desde hace años el Centro de Interpretación de la Edad Media y los Castillos, porque el proyecto no fue suyo; o como en este caso, dejar pasar una iniciativa que generaría muchos puestos de trabajo porque la ha planteado un grupo de la oposición.
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FOTO DE PORTADA: Montaje de planta fotovoltaica.
FOTO 2: Ediles de Ipal que propusieron al alcalde una reunión con unos grandes empresarios del sector.
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