El alcalde Ángel Vadillo no quiso responder a las preguntas de Ipal sobre la nueva tasa de basuras que el ayuntamiento ha impuesto a los vecinos al firmar un plan de ajuste para recibir el último crédito de 3,6 millones de euros. Las preguntas, que fueron registradas en el tiempo y la forma que marca la ley, no fueron respondidas al alegar Vadillo que eran muchas y aseguró que las responderá más adelante. Hemos de tener en cuenta que las que muchas de las que contestó el pasado martes se habían presentado 6 meses antes.
La situación más comprometida para el alcalde, a la vez que inexplicable, es que no tiene consignados en los presupuestos de 2018 ni en los de 2019 una partida para pagar la basura de los empadronados en Alburquerque y, por tanto, legalmente no va a poder hacerlo.
Entre las preguntas de Ipal estaban las siguientes:
¿Por qué un asunto tan importante para los vecinos no se ha llevado a pleno?
¿Por qué se empeñan en que parezca tan complicado administrativamente el hecho de aplicar a los alburquerqueños un derecho que tienen reconocido desde hace tanto tiempo?
¿Por qué razón obliga usted a los vecinos a guardar cola para solicitar un trámite que el ayuntamiento puede hacer por sí mismo y de una manera muy sencilla ?
¿Es posible que el ayuntamiento se embarque en el pago de esta importante cantidad de dinero estando sometido a las directrices de un plan de ajuste?
¿Con qué dinero y con qué partida presupuestaria piensa usted hacer frente al pago de los todos los recibos que lleguen a los vecinos?
¿Cuál será el procedimiento que se utilizará por parte del ayuntamiento para efectuar el pago de todos los recibos que vayan llegando a los vecinos?
¿Cómo se solucionará el asunto si en algún momento, y como viene ocurriendo habitualmente, el ayuntamiento dejara de pagar?, ¿quién pagaría el recargo?
¿Qué pasará con las personas que no han podido, no se han enterado o no han querido pasar por la oficina que usted ha creado al efecto?
¿Por qué razón marginan ustedes a los emigrantes siendo, al igual que nosotros, hijos del pueblo y les exige el pago de este impuesto, siendo los que menos utilizan el servicio y teniendo el mismo derecho que los demás a compartir los beneficios de Los Baldíos?
¿Significa todo este embrollo que, cuando nuestros hijos decidan salir de su pueblo para buscarse la vida y el trabajo en otros sitios, habrán perdido ciertos derechos históricos que, como hijos del pueblo, les deberían pertenecer para siempre?
El alcalde levantó la sesión y no respondió ni a una sola pregunta.
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FOTO: Alburquerqueños recogiendo bellotas del arbolado comunal.
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