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Diez años sin “Barrunta”, el último santo inocente

El pasado día 24 de agosto hizo diez años del fallecimiento de Juan Flores Domínguez, conocido como “Barrunta”, el alburquerqueño en cuya piel se introdujo el actor Paco Rabal para interpretar el papel de Azarías en “Los santos inocentes”, que le sirvió para ganar el Premio de Interpretación en el festival de cine de Cannes.

Tras su muerte le dedicamos un homenaje en la edición impresa de AZAGALA, en la que narramos cómo Rabal convivió con él para emular sus gestos, sus andares, la entonación de su potente vozarrón, sus costumbres. Barrunta le vendió el viejo pantalón de pana, su raída chaqueta del mismo material y una vieja camisa, indumentaria con la que viste Azarías en toda la película.

Juan Flores tenía 71 años y desde los 5 estaba trabajando en el campo, donde permaneció hasta el 2003, año en que se jubiló. En todo ese tiempo, sólo un acontecimiento le sacó de la vida de campesino, su convivencia con Francisco Rabal. A partir de entonces se hicieron muy amigos y, cuando el gran actor español pronunció el pregón de las fiestas de Alburquerque, dedicó sus palabras más emotivas al “Barruntas”, como le llamaba el hombre que encarnó el papel de Azarías.

Juan nunca olvidó esa época, no en vano, Los santos inocentes fue la única película que vio en su vida, y fue por televisión. Solía recordar siempre cuando enseñó a Paco Rabal a orinarse las manos -escena que se puede ver en el filme- para cerrar y sanar las grietas producidas por las duras faenas de campesino.

En los gestos rudos de Barrunta, en su voz potente y ronca, en su mirada a veces tierna, era fácil ver a Azarías, el papel que a Rabal le dio la gloria y a Juan Flores un amigo inolvidable.

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FOTO: Juan “Barrunta”. ARCHIVO AZAGALA.

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