Ángel Vadillo se comprometió en octubre de 2007, hace cerca de 11 años, a quitar la fuente de la plaza de España y colocarla en una de las rotondas que iban a construirse por entonces como resultado de la mejora de la circunvalación de Alburquerque, en la ahora denominada “ruta del colesterol”.
El compromiso se llevó a cabo en una asamblea de vecinos, órgano creado por el alcalde cuyas decisiones, según él, tendrían carácter vinculante.
Esto se publicó en el periódico HOY, como ven en la imagen de arriba, el día 5 de octubre de 2007. Además, en aquella asamblea, Vadillo prometió también la rehabilitación del puente de Guadarranque (hoy en ruina total) y del órgano de la iglesia de Santa María (igualmente en estado ruinoso en la actualidad), además de la construcción del museo de Aurelio Cabrera, que nunca se ha llegado a hacer, o la restauración del castillo de Azagala para convertirlo en un centro de interpretación. Todo ello pueden leerlo en la noticia del periódico.
El caso es que, como informábamos ayer, operarios municipales comenzaron el derribo de la fuente de la plaza de España, la cual llevaba años abandonada, sin ponerla en funcionamiento con sus chorros de agua y su iluminación multicolor. De esta manera, se había convertido en un basurero y un lugar en el que los niños se subían para jugar mientras los padres tomaban unas copas en las terrazas cercanas, algo que no habría ocurrido de haber estado operativa la fuente.
Tras darse a conocer la noticia en Alburquerque a través de revistaazagala.org, Vadillo dio la respuesta a través de su órgano oficial de comunicación y no dijo nada de colocar la fuente en una rotonda, sino solo de colocar otra a ras del suelo. Esperemos que sea verdad, porque estamos acostumbrados a muchas promesas vanas, entre otras, la rehabilitación del paseo de las Laderas tras talar eucaliptos ornamentales también sin previo aviso, como prometió nuestro alcalde hace ya cinco años.
Hemos visto a través del Facebook de esta revista cómo se ha generado un debate sobre la fuente, con opiniones a favor y en contra de su derribo, y por ello entendemos que ese mismo debate se podrían haber producido antes, tras informar al pueblo de la medida y, por supuesto, al pleno del ayuntamiento, e incluso se podría haber convocado un concurso de ideas acerca de los elementos sustitutivos de la fuente.
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